El debate sobre los presupuestos del Ayuntamiento de València para 2021, que se celebrará a mitad de noviembre, tuvo ayer un primer capítulo en el debate relacionado con varias modificaciones presupuestarias que aprobaron los socios del Govern del Rialto, Compromís y PSOE.

El concejal de Hacienda, el socialista Borja Sanjuán, y la lideresa popular Mª José Català, protagonizaron un choque de trenes acerca de las recetas económicas que hay que aplicar para salir de la crisis derivada de la epidemia.

«No se puede pedir una bajada general de impuestos y a la vez un plan de reactivación económica y de política expansiva. O una cosa o la otra, deje de mentir», afeó Sanjuán a Català quien había criticado al ejecutivo local que de esa modificación de créditos de 7,2 millones de euros, «6 son para expropiaciones y tan sólo 300.000 euros, se inyectaran para ayudas a la reactivación económica». Català manifestó que no se entiende que a 30 de septiembre «se hayan ejecutado solo 50 millones de euros de inversiones sobre un total de 190, lo que implica que se van a quedar más de 140 por ejecutar; y por contra Ribó y el PSPV siguen manteniendo la subida de impuestos y tasas que están aplicando este año 2020». Dicho de otra manera «solo 1 de 4 euros presupuestados se invierten», dicen los populares.

Por su parte, Borja Sanjuán replicó que el ejecutivo local, «consciente de la situación actual, actúa con racionalidad y apuesta por la contribución tributaria de las rentas altas». Luego, recriminó a Català «que no torture las cifras y que tenga decoro ante la realidad: se invierte el doble, se debe menos y se paga a la mitad de tiempo».

Otro aspecto económico de las cuentas municipales también provocó un enfrentamiento entre PP y Compromís. El popular Giner Corell señaló que las 1.326 vacantes de la plantilla del Ayuntamiento generan anualmente 13 millones y las bajas laborales temporales 350.000 euros mensuales, «lo que implica que al finalizar el ejercicio presupuestario se generan 17 millones de euros, de economías, que podrían dedicarse a dinamizar la economía y generar empleo». Esa propuesta fue descartada por el ejecutivo local. La concejala de Gestión de Recursos, Luisa Notario, defendió la política de personal del actual gobierno presidido por Joan Ribó. Ahora se busca «una plantilla dotada, formada y motivada tras años de sangría causada por los gobiernos anteriores». Luego calificó la moción de Giner de «brindis al sol, dado que es imposible de llevar a cabo».

Y tercer desencuentro: Català, esta vez, con Isabel Lozano, concejala de Bienestar Social de Compromís. La portavoz popular reclamó «una mejora de los Servicios Sociales municipal porque hay listas de espera de 11.000 personas y 5.100 personas esperando que le cojan el teléfono en los centros sociales, con una media para ser atendidos de 48,5 días». Por su parte, la concejala Lozano contestó que «habría sido interesante que el PP impulsara todas esas medidas cuando gobernaba» y acusó a Català de «hacer demagogia de la necesidad y del sufrimiento de las personas». Por último, apuntó que se han tramitado el 93,40% de las solicitudes de Renta Valenciana de Inclusión recibidas y la mitad de las familias ya la están percibiendo.

Galiana asegura que su «playback»lo conocía la Comisión Europea

Durante la sesión plenaria también se descartó la propuesta de Ciudadanos para que los concejales de Compromís Giuseppe Grezzi y Carlos Galiana sean cesados o que dimitan. La destitución de Grezzi y la reprobación del alcalde Joan Ribó por «la responsabilidad política» en el fraude de la EMT fueron apoyadas por PP y Vox. Sin embargo, el gobierno municipal Compromís-PSOE impuso sus votos para que estas censuras no salieran adelante. El portavoz de Ciudadanos Fernando Giner justificó el cese de Galiana por «la intolerable acción de playback del concejal, simulando una intervención en inglés, aprovechando que cubría su boca con mascarilla» durante la defensa de la candidatura de València como Capital Europea de la Innovación. Giner calificó de «intento de engaño y bochornoso ridículo» la intervención de Galiana, «que infringió claramente las normas de la Comisión Europea». Por su parte, el munícipe de Compromís defendió su labor en todas las delegaciones que gestiona y respondió: «No era un playback ni un doblaje; era algo tan sencillo como un traductor; y la Comisión Europea estaba más que informada de que iba a participar de esa manera», por lo que «no se infringió claramente ninguna norma».