La ORA estrenará en los próximos años una nueva fórmula de aparcamiento a partir de la firma del contrato con la nueva empresa concesionaria.

Los aparcamientos se dividirán, a partir de ahora, en tres tipos. Así, a las habituales Zona Azul (de libre rotación) y la Zona Naranja (mixta de rotación y residentes) se le añadiría una nueva Zona Verde, dedicada exclusivamente a los residentes.

Esta zona se asignará en función a los estudios y las reivindicaciones vecinales. De momento, el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, ya aventuró que esta fórmula será especialmente visible en Ciutat Vella (actualmente territorio naranja) y Russafa.

Para poder aparcar en esta nueva zona se tendrá que abonar una tasa de mantenimiento, que dará derecho a disponer del distintivo de residente.

Estas plazas estarán vetadas, a todos los efectos, a los no residentes en cualquier momento del año.

Esta zona verde "se irá implantando progresivamente, teniendo en cuenta los estudios de necesidad, que se realizarán en los primeros seis meses de contrato".

La licitación, establecida en 34 millones de euros incluye una renovación completa de los parquímetros, adaptándolo al pago electrónico por diferentes fórmiulas económicas, así como la establecimiento de sensores para evitar el "efecto patrulla" para encontrar plaza disponible.

Así mismo, una flota de coches harán labores de control del estacionamiento mediante lectura de matrículas. Lo que no quiere decir que los agentes a pie no continúen desarrollando su labor. De hecho, el compromiso incluye la subrogación de sus contratos.