Una iniciativa ciudadana de micromecenazgo arrancó ayer para conseguir 150.000 euros que permitan «salvar» la iglesia de Santa Calina de València, monumento nacional y Bien de Interés Cultural (BIC), afectada por los últimos episodios de gota fría con «chorros de agua» entrando en el templo. «Queremos recordar a los valencianos que Santa Catalina es patrimonio de todos y es nuestra obligación conservarla, de lo contrario tendremos un colapso de la estructura», advirtió José Luis Aznar, uno de los voluntarios que impulsa la campaña, en rueda de prensa en este símbolo del gótico valenciano.

Desde el último año, las lluvias han provocado desperfectos y filtraciones visibles, una situación que se agrava con la sucesión de temporales y que «puede resultar irreversible si no se aborda de inmediato». «Ya no son filtraciones: son auténticos chorros»,constató Manuel Ros, uno de los arquitectos. El proyecto «Restaurem Santa Catalina» parte de un conjunto de seglares y vecinos que estaban preocupados por el estado del templo, con la colaboración de arquitectos y el objetivo de redactar un plan director de restauración de cubiertas gracias a los 150.000 euros. Se trata del primer paso para valorar el conjunto de daños y las intervenciones necesarias.

Larga historia

Este templo, Monumento Histórico Nacional desde 1981, fue ordenado construir en el XIII por Jaume I. Tres siglos después, los valencianos acudieron a la llamada de una colecta para pagar la construcción de la torre campanario, un precedente que los organizadores de la campaña esperan que se repita ahora.

Para ello han contactado tanto con la Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura como con el Ayuntamiento y la diputación de València, así como la asociación Hispania Nostra para que incluya a Santa Catalina en su «lista roja del patrimonio» y con todos los partidos políticos valencianos con representación.