El Consejo Extraordinario de la EMT celebrado ayer para analizar el incendio ocurrido en la cochera de San Isidro el pasado sábado deparó un momento de tensión entre los representantes del Comité de Empresa y la gerencia de la compañía municipal. El presidente de este órgano de representación, Gabriel de las Muelas, (de Apttuv) y el secretario, Heriberto Moreno (de TUC-Intersindical) protagonizaron una intervención en la parte final del Consejo. En concreto, según confirmaron varios consejeros de la EMT a Levante-EMV, el representante de TUC-Intersindical denunció que los trabajadores que se encontraban en la cochera cuando se desató el pavoroso incendio no tenían la formación adecuada para afrontar el siniestro y enfrentar esta situación de emergencia.
Por su parte, según las mismas fuentes del Consejo, la gerente de EMT Marta Serrano defendió que la plantilla sí tiene esta formación, lo que motivó que el consejero Carlos Mundina del PP le reclamase las actas correspondientes de haberse impartido esos cursos formativos para afrontar una situación de emergencia tan grave como la que acabó por calcinar 17 autobuses y dañar a otros 9. No en vano, aunque afortunadamente no se produjeron daños personales, los trabajadores pusieron en grave riesgo su seguridad personal, tal como señaló el propio De las Muelas, para tratar de salvar los vehículos pesados y crear un cortafuegos que impidiese que el siniestro se propagase dentro y fuera del recinto.
Frente a estas críticas del Comité de Empresa y de la oposición -PP y Ciudadanos-, la EMT informó en una nota pública que en el Consejo de Administración se dio cuenta «de las circunstancias del incendio» y se entregó una serie de documentación. Todos los consejeros recibieron los certificados que acreditan -según la EMT-, «que los sistemas contraincendios de las cocheras habían pasado todas las revisiones».
De hecho, así se dice en un informe elaborado por los técnicos de la compañía donde se defiende que «los protocolos de seguridad funcionaron». Mientras, tanto el gobierno municipal -Compromís y PSOE- como la oposición -PP, Cs y Vox-esperan a que la policía científica termine su investigación para conocer si hubo intencionalidad.
Otro tema importante que ya publicó Levante-EMV es si los hidrantes de la cochera funcionaron desde el primer momento. Respecto a este asunto, en una nota pública emitida por la propia EMT, el presidente y concejal de Movilidad Sostenible Giuseppe Grezzi anunció que se ha entregado a todos los consejeros el informe de Bomberos de València que dice: «Inicialmente la red propia de hidrantes de la EMT no funcionó, siendo activada manualmente de inmediato por personal de mantenimiento en una de las líneas». De esta forma, como se explica en el dictamen, «los bomberos iniciaron las labores de extinción del incendio con sus motobombas nada más llegar, hasta que realizaron la transición a la red de hidrantes propia de la EMT». Conviene añadir en este punto que el secretario del Comité de Empresa, Heriberto Moreno, dijo ante el Consejo que los trabajadores que afrontaron el pavoroso incendio no sabían exactamente dónde estaban las bocas de riego y los hidrantes para combatir las llamas. En este último caso no fueron activados desde el principio, según los Bomberos.
Tanto la EMT como el Comité de Empresa y los consejeros de todos los grupos políticos destacaron el valor demostrado por los empleados y los Bomberos que pusieron en riesgo su propia vida ante un siniestro que generó varias explosiones terribles con imágenes dantescas y llamas que saltaron al talud cercano de la vía del Metro, a dos palmeras y a un vagón de tren antiguo de la propia base de San Isidro. La EMT sostiene que todos los vehículos afectados «estaban asegurados y con la Inspección Técnica de Vehículos superada según la normativa vigente». Por ello la compañía argumenta que el incendio «no supondrá ningún coste económico para la entidad».
Finalmente, la gerente Marta Serrano publicó en su twiter oficial un minucioso relato sobre cómo ocurrió el incendio y cómo fue extinguido. En uno de sus comentarios recuerda que los buses afectados son de gas natural. Por ello, hay que esperar a que el gas «se consuma para poder empezar las labores de extinción del incendio o la alta temperatura a la que arde el gas provocaría una explosión». Por último, consideró casi amortizados los vehículos siniestrados porque tenían una media de 16 años.
