«La colaboración público privada y el diálogo y consenso previo son esenciales para gestionar de forma eficiente. Gracias, Luisa». Con este mensaje, los asociación de comerciantes del centro de València han firmado sus particulares paces con una de las patas de la mesa municipal: la concejalía de Recursos, después que las calles prometidas hayan encendido ya las luces de Navidad «de refuerzo». Aquellas que, después que la contrata municipal pusiera todos los elementos, dejaran en evidencia que este año quedaba más pobre y después que los comerciantes reclamaran un esfuerzo al consistorio para ambientar las Navidades más deprimidas de la historia moderna.

El otro fleco que les faltaba, la caja regalo con luces, que dependía de Dominio Público, finalmente ha ido a parar a la confluencia con la calle Hospital. Aunquye la asociación no deja de poner reparos al hecho de que, durante el expediente tramitado en julio para la plaza del Ayuntamiento, no se les autorizó una caseta de venta de globos, aduciendo a que no era un elemento navideño, mientras que ahora, los vendedores ambulantes los venden sin problemas.

«El plan de seguridad se revisó»

Ahora queda, en este debate, el recorrido político que tendrá, y que todavía va a tener, por la acusación del PP, por el retraso en la inauguración de las luces y en la firma del contrato y que posiblemente llegue al pleno municipal. Ayer, fuentes de la concejalía aseguraron que «el plan de seguridad fue revisado por el servicio de coordinación municipal. Y la empresa decidió iniciar el montaje del árbol de la plaza antes por la amenaza de tormenta, que así se produjo, y los problemas de seguridad que entonces sí que podrían haberse producido. El contrato estaba garantizado porque la licitación estaba adjudicada además por ser los únicos que concurrieron».

Mientras, la plaza municipal ya tiene todos los elementos exteriores después que se instalara e inaugurara la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. En este caso, el debate es sobre todo estético: el sentir general es que, aunque los organizadores han cumplido la normativa que marcaba el ayuntamiento («Se procederá al vallado perimetral con el fin de controlar el aforo») y que hay marcas en el suelo, las críticas han llegado por tratarse de un vallado metálico que, aunque abatible, va sujeto por peanas de cemento, en medio de la recién construida plaza peatonal. La otra feria, la de Artesanía, no es longitudinal, sino cuadrada y aprovecha sus propios módulos para generar el perímetro y los accesos.