La Navidad ha pasado de puntillas en la ciudad de València, con menos gente por las calles y una animación mermada por la ausencia de la pista de hielo, debilidad que ha compensado, solo en parte, el mercado de artesanía, que se ha trasladado desde la Plaza de la Reina a la explanada de la Plaza del Ayuntamiento.
Ayer fue un día de paseos y tranquilidad, aunque sin el ambiente de otros años, en parte también porque la climatología, muy favorable en los días precedentes, tampoco acompañó ayer.
Lo mismo puede decirse de la feria del puerto, con un número muy reducido de carruseles e importantes medidas de seguridad por la pandemia. Su funcionamiento siempre está garantizado, pero este año solo pueden aspirar a salvar la temporada, dicen los feriantes.
Ni siquiera algo tan tradicional como la Misa del Gallo (se remonta a finales del siglo IV) ha tenido la vista y la emoción de otros años. El cardenal arzobispo de València, Antonio Cañizares, ofició el jueves la tradicional misa de Nochebuena en la catedral cumpliendo todas las medidas de seguridad por la pandemia.
Con aforo reducido y retransmisión por el canal de Youtube de la Seo, la ceremonia estuvo marcada por la pandemia. De hecho, ni siquiera pudo intervenir la Coral Catedralicia, aunque algunos de sus miembros interpretaron algunos cantos y tras la misa se mostró la imagen del Niño Jesús.
