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Francisco Xavier Borrull y “La Pepa” de 1812

Borrull jugó un papel muy importante en la conservación del Tribunal de las Aguas y del Teatro Romano de Sagunto

Francisco Xavier Borrull y “La Pepa”de 1812

Francisco Xavier Borrull i Vilanova es de esos personajes valencianos casi desconocidos para la mayoría de nosotros pero merecedor de ser recordado por su destacada vida social y política. Ya en la Navidades del 2017 fue protagonista de uno de nuestros trabajos en la serie que hicimos sobre la vida de la condesa de Ripalda, aquí, en el Levante EMV, titulado «Quién le iba a decir al molinero». Recordemos que el famoso Palacio de Ripalda se construyó sobre el derribo del molino conocido como de Borrull o de Saposa, propiedad de Francisco Xavier Borrull, así como la alquería y heredad contigua. Cuando Borrull fallece, deja como heredero del molino a su sobrino José Joaquín Agulló y Ramón, Conde de Ripalda por su vínculo materno con la Casa de Ramón, aunque el conde nunca pudo disfrutar de esta herencia. Borrull dio en la cláusula 37 de su testamento el usufructo de todos sus bienes al Hospital durante 40 años, el conde murió 2 años antes de vencer el plazo, con lo que este vínculo pasó directamente a su hija y heredera, Dolores Agulló Paulín.

Francisco Xavier Borrull, nace en Valencia el 3 de Diciembre de 1745, nieto de Pedro José Borrull, catedrático de Código e Instituta de la Universidad de Valencia entre los años 1669 y 1685, Caballero de la Orden de Montesa y Señor de la Baronía de Pamís; sobrino de Francisco Borrull y Ramón, canónigo de la sede valentina y obispo de Tortosa; también sobrino de José Borrull y Ramón, catedrático de la Universidad de Salamanca y fiscal del Consejo de Indias. Su padre, Vicente Borrull y Ramón fue alcalde del Crimen en Valencia de 1735 a 1741 y Oidor de la Audiencia de Valencia (1741-1751).

Francisco Xavier inició sus estudios en el Seminario de Nobles Educando de Valencia, actual Instituto Luis Vives; fue doctor en Derecho Civil y Penal, llegó a ser un erudito en el estudio de los Fueros de Valencia y en su historia. El 15 de Enero de 1774 obtuvo la Cátedra de Derecho Civil que regentó por 5 años. La magnífica defensa realizada por Borrull en un pleito de su madre por una herencia en 1780 en Madrid sirvió como motivo para la publicación de la Real Cédula de 20 de Diciembre de 1797 (Ley 20, lit 5º, libro 1 de la Novísima Recopilación) por la que se mandó que los bienes raíces dejados a manos muertas, que no estuvieran habilitados con Real Privilegio, se aplicaran a los parientes mas próximos del testador o donador, si lo pedían, en el término preciso de 3 años a contar desde el día de su muerte. Esta ley dio solución a un derecho muy controvertido en los tribunales y que ocasionaba a los litigantes un desembolso muy importante en costas.

El 27 de Agosto de 1784, tomó posesión del cargo de Juez de Diezmos, Tercios-Diezmos y Primicias del Reino de Valencia, otorgado por el rey Carlos III.

En plena Guerra del Francés, el 20 de Enero de 1810 es nombrado agregado de la Junta Superior de Observación y Defensa de Valencia; cediendo su salario de 15.000 reales para urgencias del Reino. Durante el tiempo que permaneció en este cargo, realizó notables cambios en el ramo de Contribuciones, creando una Tesorería Patriótica. Para aumentar los recursos, luchó sin descanso para que se plantificase la fábrica de moneda; cosa que logró al erigirse ésta a principios de 1811.

El día 23 de Enero de 1810 en Cabildo extraordinario, convocado por el Ayuntamiento de Valencia, se dio a conocer un oficio del corregidor por el que se convocaban elecciones en la parroquias entre los días 27 de Enero y 2 de Febrero. Los 51 elegidos, a su vez, durante los días 13,14 y 15 de febrero, reunidos en el Ayuntamiento, tuvieron que designar entre ellos a 17 Diputados a Cortes; uno mas por la ciudad, otro por Peñíscola y un último por la Junta Provincial. También designaron a 5 suplentes que debían representar a la provincia de Valencia en la nueva y desconocida disciplina parlamentaria de las Cortes de Cádiz.

Los Diputados elegidos fueron: Salvador Gonsálvez, párroco de San Juan de Alicante; José Castelló, del Consejo de Su Majestad; Joaquín Lorenzo Villanueva, del Santo Oficio; José Martínez, auditor del Departamento Marítimo; Francisco Serra, presbítero del Arzobispado; Vicente Tomás Traver, catedrático de la Universidad; José Bru, párroco de Almoradí; José Caro, mariscal de campo; Antonio Lloret, abogado; Baltasar Esteller, noble; José Lledó, canónigo de la catedral de Orihuela; Francisco Císcar, capitán de navío; Antonio Samper, mariscal de campo; Manuel de Villafañé, oidor de la Audiencia; Julián Piquer, abogado; Manuel Albelda, abogado; Joaquín Martínez, arquitecto elegido por la ciudad; Luis Martí, barón de Casablanca por Peñíscola; Vicente Noguera, marques de Cáceres por la Junta Provincial; y finalmente nuestro protagonista Francisco Xavier Borrull y Vilanova. De todos ellos, Bru, Lledó y Gonsálvez no pudieron presentarse al ser capturados por los franceses y José Caro no fue admitido por no haber nacido en territorio valenciano.

Previendo el segundo sitio de Valencia por los franceses y una mas que posible invasión, el General Caro, envió la junta a San Felipe (Játiva) con el fin de que ésta siguiera con su deber en la defensa y liberación del territorio frente al ejercito francés. Borrull por su parte, permaneció en Valencia en calidad de enlace, lo que le permitió escribir una detallada crónica del sitio de Valencia en primera persona; crónica que fue publicada en varios periódicos nacionales e internacionales.

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Retraso en la apertura

Las Cortes debieron de iniciar sus sesiones el 1 de Mayo de 1810, pero por intereses de la Regencia, la convocatoria tuvo que suspenderse y el 18 de Julio una Real Orden, pospuso esa 1ª sesión al mes de Agosto. De este modo, los diputados electos emprendieron el viaje a Cádiz a mediados de Julio. La mayoría de ellos debían encontrarse en Cartagena y embarcar juntos hasta Cádiz pero los contratiempos se acumularon; un Mediterráneo infestado de corsarios y una epidemia de fiebre amarilla hizo que los diputados no zarparan hasta las 5 de la mañana del 10 de Octubre, desde el Puerto de Santa Pola en dos embarcaciones: la fragata Venganza y el navío Héroe. La primera arribó a Cádiz en la mañana del 22 de Octubre y el segundo, a las 17h del día 23. Francisco Xavier Borrull firma su acta de diputado el 25 de Octubre de 1810 y se incorpora a las sesiones de manera inmediata. Las Cortes ya estaban trabajando desde el 24 de Septiembre cuando fue su sesión de apertura.

Desde sus primeras intervenciones, Francisco X. Borrull dejó clara su posición absolutista y aunque la mayor parte de los diputados por Valencia tenían posturas liberales, durante los 3 años parlamentarios huyeron de comportamientos extremos o radicales, manteniéndose de manera neutra en todas las comisiones en las que trabajaron. Entre los diputados liberales, destacaron: Antonio Lloret, Pedro Aparisi y sobre todos Joaquín Lorenzo Villanueva, siendo protagonista por su activa participación en el Decreto de Abolición de los Señoríos del 1 de Julio de 1811 y también en el Decreto de Abolición de la Inquisición del 22 de Febrero de 1813. Fueron famosas las posturas encontradas entre Villanueva y Borrull en los artículos de la Constitución referidos a los Ayuntamientos y Diputaciones, donde el segundo defendía el autonomismo federalista en éstos; una postura foralista, antagonista a las posturas de la anterior administración Borbónica y de la liberal de ese momento, pero en cambio muy cercana a las federales de la España de Ultramar.

Podemos afirmar que Borrull, junto a los otros diputados valencianos, participaron de manera meritoria y notable en las normas básicas de convivencia y organización de la sociedad española, buscando la igualdad regida por los derechos y deberes de todos los ciudadanos, que se materializó en la famosa Constitución de 1812, La Pepa, y en decretos no menos importantes que dieron paso a un nuevo concepto de Estado.

Cierre de las Cortes

La aventura parlamentaria finalizó para Borrull el 14 de Septiembre de 1813 con el cierre de las Cortes Generales y Extraordinarias, después de 3 frenéticos años, 141 discursos e innumerables enmiendas. Borrull dejó para los valencianos dos defensas a ultranza de dos bienes pertenecientes a nuestro patrimonio y que fueron registradas en el Diario de Sesiones: la primera en la sesión del 27 de Mayo de 1811 donde pronunció un discurso con el que consiguió frenar la destrucción del Teatro Romano de Sagunto, como era la intención de los militares encargados de la fortificación del castillo; la otra defensa fue realizada el 31 de Julio de 1813 donde, gracias a un pasional enroque, consiguió que nuestro Tribunal de las Aguas no desapareciera debido a la aprobación de un Decreto de Derecho Civil por el cual debían suprimirse las instituciones particulares de este tipo de tribunales.

En 1814, Francisco X. Borrull firmó junto a otros 68 diputados el llamado Manifiesto de los Persas, en el cual se daba total apoyo al rey Fernando VII y se alentaba a una restauración absolutista que llegaría el 4 de Mayo con el Real Decreto firmado en el Palacio de Cervelló de nuestra Ciudad.

En marzo de 1815, el rey le concedió los honores de oidor y en abril, el cargo de visitador de la Universidad. Fue nombrado Juez Conservador del Hospital, académico de honor de la Academia de San Carlos, director de la Casa Galera y oidor de la Audiencia. El 11 de Junio de ese mismo año se le nombró superintendente del archivo del Reino.

En 1820 con el inicio del Trienio Liberal, abandonó todos sus cargos y fue desterrado a San Sebastián. A su regreso a Valencia en 1823, recuperó su puesto como oidor, cargo que conservó hasta su jubilación en abril de 1837.

El 20 de noviembre de ese mismo año, Borrull redacta su testamento en la notaría de Carlos Soliva; falleciendo en su casa de la calle Zapateros el 29 de Mayo de 1838. Está enterrado en el crucero de la catedral de València en el altar de la Beata Josefa Naval, capilla de la que su familia son patronos.

En sus 92 años de vida, Borrull completó una magnifica biblioteca y una fantástica colección numismática, que donó a la Universidad. Su generosidad no se limitó a ésto, también donó a la Academia de Nobles y BB AA de San Carlos gran numero de pinturas y grabados, algunos de ellos originales de Murillo, Espinosa y Ribalta, así como los bocetos del presbiterio de los Santos Juanes de Palomino.

Hasta aquí nuestro recuerdo a uno de los 20 valencianos que consiguieron crear y modelar el primer texto que realmente constituía la nación y el estado español. Y nuestro agradecimiento eterno por defender y no permitir que un decreto acabara con uno de nuestros patrimonios mas querido, el Tribunal de las Aguas.

Retrato de Francisco Xavier Borrull, obra de José Antonio Zapata (Real Academia de Bellas Artes de San Carlos)

Francisco Xavier Borrull. Un hombre que forma parte de la historia de España y de la de València. 1 Le Tribunal del Eaux, a Valence.

2 Palacio de Ripalda, construido sobre el molino de Borrull.

3 Capilla de la catedral de València donde se encuentra enterrado Francisco Xavier Borrull F

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