Los efectos de la pandemia se han hecho sentir con especial virulencia, dentro de los sectores productivos, en el mundo del turismo y la hostelería. Estos últimos han vuelto a pasar a la acción en la capital. La Coordinadora de Hostelería de los Barrios de València ha anunciado el inicio de acciones de protesta por el cierre de la actividad a partir de las cinco de la tarde. Lo harán con una cacerolada a esa hora, una acción que empezará el lunes 11 de enero y que continuará hasta el 31, desde los hogares de los hoteleros «o en algún punto concreto de cada barrio».

La coordinadora apela a que esta reducción de horario, que forma parte de la nueva batería de medidas para contener la ola de contagios de Coronavirus en València, supone «estigmatizar» al sector y reclama que «si se trata de tomar medidas contundentes para frenar la tercera ola, se decrete el cierre de todas las actividades no esenciales a las 17.00 horas y no vayan únicamente dirigidas a los locales de hostelería y ocio. Solo así se acortarán, apuntan, los plazos para mejorar la evolución de la enfermedad, que, junto con una mayor eficacia en la campaña de vacunación, permitirán levantar cuanto antes las medidas restrictivas para las pymes y la economía».

Eslogan modificado

Ante esta situación de indignación, preocupación e incertidumbre, la Coordinadora ha decidido volver a la carga, bajo el paraguas del eslogan «El Virus mata y la Generalitat y el Ayuntamiento rematan». Se trata de una versión reformada del anterior lema («El Virus mata y el Ayuntamiento remata») aplicado cuando se estableció la regulación de espacio para las terrazas. Ahora se incluye al gobierno autonómico, al ser el que tiene la competencia y ha dictado la nueva medida. Con ese mensaje pretenden poner de manifiesto, insisten, «la incompetencia de la Generalitat y del Ayuntamiento en la gestión de la crisis, el agravio comparativo permanente contra la hostelería y la negligencia demostrada en casos como el de la organización de la cabalgata del día de Reyes».

La cacerolada se repetirá cada día, a la misma hora, y pretende recabar, también, el apoyo de todos los ciudadanos que se sienten indignados «por la nefasta gestión política de la crisis sanitaria y que se mantendrá hasta que se levanten las restricciones y se concrete un Plan de Ayudas, en cuya negociación la Coordinadora «exige estar presente y participar directamente».

El colectivo cuantifica el volumen de negocio con los nuevos horarios de «apenas el 10 por ciento» y consecuencias en forma de cierres.

Esta acción es la siguiente después de las quejas pronunciadas en las semanas anteriores en el ámbito municipal. Primero, por la no condonación de las tasas municipales de enero y febrero. Y después, por la mencionada aplicación de la normativa de 2014 sobre mesas de terrazas, que generó una sentada días atrás en las calles de Russafa.