La avalancha de propuestas para los presupuestos participativos ha obligado al Ayuntamiento de València a prorrogar una semana más el periodo de análisis y estudio técnico de las propuestas, una suerte de filtrado oficial previo a la votación final, que también se ha pospuesto y se celebrará entre los días 18 de febrero y 7 de marzo.

Según explicó ayer la concejala de Participación Ciudadana, Elisa Valía, todos los datos relativos a los presupuestos participativos (DecidimVLC) se han disparado este año. Si en el ejercicio 18-19, que fue el último que se hizo por distritos como ahora, se presentaron 540 iniciativas, este año han sido 1.283, un 140% más.

Y las que han obtenido el número suficiente de apoyos y han pasado de ronda han sido 804, por las 147 que siguieron adelante hace dos ejercicios.

Tal volumen de propuestas ha superado, por tanto, la capacidad de respuesta del consistorio, cuyos técnicos tenían de plazo entre el 1 de diciembre y el 10 de febrero para analizar y validar estas iniciativas antes de pasar a la votación final, por lo que se ha hecho necesario, según Valía, prorrogar ese plazo una semana más, hasta el 18 de febrero, y celebrar la votación final desde este día hasta el 7 de marzo.

Varios han sido los factores que han provocado este retraso, según la concejala. El primero es la cifra en sí misma, que «no es posible aventurar cuando se pone en marcha el plan y se establecen los plazos».

Ocurre también que «la calidad de las propuestas es más alta cada año», es decir, las propuestas se ajustan más a las competencias municipales, lo que hace más complejo el estudio de viabilidad. De hecho, cada vez se descartan menos iniciativas por este motivo.

Finalmente, se está siendo muy benévolo con el ajuste económico, dijo Elisa Valía. Así, los proyectos que superan el gasto previsto para su distrito pero resultan «interesantes» para los responsables municipales se revisan para ajustarlos a los presupuestos o incluso se dividen para ejecutarlos en varias anualidades. De esa manera pueden pasar a ser votados en vez de quedar automáticamente descartados, explicó la concejala.

Mejores trámites, más dinero

Todos estos motivos hacen que el trabajo de los servicios municipales se multiplique y que se hayan tenido que revisar los plazos. Los técnicos, por tanto, tendrán ahora una semana más para hacer su trabajo, hasta el 18 de febrero, y la votación empezará ese día para terminar el 7 de marzo. En la previsión inicial esa votación debía realizarse entre el 11 y el 28 de febrero.

«El papel protagonista es de la ciudadanía y nuestra obligación es transformar sus peticiones en proyectos viables», dijo Elisa Valía, que recordó que este año no habrá fallas y no existe ningún riesgo de que baje la participación por adentrarse en el mes de marzo.

La concejala no cree que este pequeño retraso en las fechas afecte luego a la ejecución de los proyectos, pues asegura que en la concejalía están listos para aligerar después todos los trámites. Y se muestra partidaria de que este fuerte aumento de las propuestas se traduzca en años próximos en una mayor cuantía para los presupuestos participativos, que tienen una asignación de 8 millones de euros.