Más de un año después de que saltasen las alarmas por la aparición de eflorescencias salinas (humedades) en los frescos renacentistas de los Ángeles Músicos de la Catedral de València, el servicio de licencias de obras del Ayuntamiento de València ha aprobado la licencia para iniciar los trabajos de estudio y diagnosis previos a la restauración de estas valiosas pinturas. La licencia municipal, sin embargo, está condicionada a la aportación de documentos preceptivos como el visado del colegio oficial al proyecto de ejecución presentado por el arquitecto-conservador de la catedral, Salvador Vila.
El servicio de licencias urbanísticas, dependiente de la concejalía de Desarrollo Urbano, requiere al cabildo para que subsane esta anomalía y otras, en concreto, requiere un estudio de gestion de residuos y otro de seguridad y salud, y recuerda que el andamiaje y las grúas que se deberán colocar tanto en el exterior de la cúpula, que será desmontada para analizar las patologías internas y protegida con una cubierta provisional, como en el interior, en el altar mayor, requerirán licencia aparte porque no se ha aportado la documentación requerida para estos elementos auxiliares.
Este montaje supondrá un importante desembolso para la catedral, donde los ingresos del turismo han caído en picado por la pandemia.
En el informe de la licencia de obras para diagnosticar el estado de los frescos del siglo XV, firmado por la concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, el pasado lunes, 25 de enero, se hace notar que la licencia municipal está precedita de un informe previo de la Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura, de abril de 2020, en el que autoriza los ensayos, pruebas, catas y actuaciones planteadas por Salvador Vila en las pinturas renacentistas del ábside de la Catedral.
La conselleria pidió entonces al cabildo una intervención que ataje definitivamente el problema recurrente de las humedades. Para esta delicada y compleja actuación previa, el cabildo ha contratado al arquitecto Javier Català, licenciado en Bellas Artes, y a Fernando García Diego, profesor de Física de la Universidad Politécnica, que ya participaron en la restauración de las pinturas que se llevó a cabo entre 2004 y 2007, cuando se retiró la cúpula barroca que ocultaba los frescos, y en la posterior monitorización con sensores de las pinturas.
