Por la mañana, el Ayuntamiento de València expresaba que estaba a la espera de recibir el visto bueno de la Consellería de Cultura para confirmar el traslado del sarcófago de Blasco Ibáñez desde el Museo San Pío V al Cementerio General. Por la tarde, la concejalía de Patrimonio recibía la comunicación por parte de la Generalitat (hay una indudable relación causa-efecto) de que quedaba autorizado el traslado. Por lo que, a la mayor brevedad posible, la obra de Mariano Benlliure se trasladará al vestíbulo del camposanto, donde se convertirá en un elemento enriquecedor del mismo. Ya sea para los visitantes corrientes de las instalaciones como los que lo hacen por turismo cultural.

El deseo de hacer el traslado lo había expresado la concejala Gloria Tello después que, en nombre del consistorio, se haya hecho una ofrenda en el nicho del novelista, ubicado en el Cementerio Civil, con motivo de su doble aniversario: se cumplen 93 años de su muerte (el 28 de enero de 1928) y hoy, 154 años de su nacimiento (29 de enero de 1867). Este año, dadas las circunstancias sanitarias, no se ha llevado a cabo un acto público, pero no por ello ha faltado la ofrenda. Una corona de laurel con la bandera republicana presidirá el ya conocido mármol negro, uno de los enterramientos más visitados en el recinto.

El sarcófago es original de Mariano Benlliure, en mármol y latón, y su traslado al camposanto, permitirá darle el espacio definitivo, aunque no sea en principio para depositar en su interior los restos del literato. Pero sí para ubicarlo en un espacio más propio, además de permitir al cementerio más importante de la ciudad añadirle un elemento patrimonial. «Tanto desde nuestra delegación como la de Cementerios de mi compañero Alejandro Ramón consideramos que es una forma de rendir homenaje a este valenciano universal. Estará en un lugar muy visible, como es el vestíbulo. La decisión está tomada de forma coordinada con la Fundación y la Asociación Blasco Ibáñez», ha asegurado Tello, quien afirma que, con el visto bueno en la mano, el traslado se hará «inmediatamente, dándole un espacio amplio y digno, convirtiéndolo en una seña de identidad de nuestro Museu del Silenci»

Tal y como describe la Fundación Mariano Benlliure, el sarcófago no estaba ni pensado para albergar los restos del escritor por su pequeño tamaño (salvo que se hubiese llevado a cabo una reducción de restos). Estaba previsto que formara parte de un mausoleo diseñado por Goerlich, abortado con el estallido de la Guerra Civil. Tras el cambio de régimen, las autoridades franquistas archivaron el proyecto de ensalzar a un escritor decididamente republicano. El sarcófago estuvo guardado durante años en el Museo de Bellas Artes y, ya con la llegada de la democracia, recuperó su valor. Fue restaurado y exhibido a finales de siglo y posteriormente trasladado al Centro del Carmen. En la actualidad se encuentra nuevamente en el Museo San Pío V, algo que la Fundación Mariano Benlliure ha criticado porque «ni se puede contemplar en su totalidad ni está en condiciones que favorezcan su conservación».