Sandra Gómez acusa a Ribó de proponer para Benimaclet un PAI "elitista" con chalés de lujo
La vicealcaldesa defiende los pisos y dotaciones que reclama "la mayoría del barrio" frente a la "urbanización de adosados" que propone su socio de gobierno - Compromís habla de unilateralidad, "irresponsabilidad política" y quiebra de la gobernanza

Simulación de la propuesta de ordenación del PAI de Benimaclet que planteó Metrovacesa al ayuntamiento y ya descartada | METROVACESA / hortensia garcía. valència
hortensia garcía. valència
Las diferencias que enfrentan a la coalición de gobierno de Compromís y el PSPV en torno al PAI de Benimaclet volvieron a quedar ayer en evidencia. Las críticas del grupo municipal de Compromís a la alternativa socialista, con menos viviendas y alturas, más suelo terciario, huertos urbanos y mejoras ambientales en la Ronda Norte, presentada el lunes por la Concejalía de Desarrollo Urbano, provocaron ayer la reacción de su titular, Sandra Gómez. La también vicealcaldesa contraatacó y calificó de «elitista» y «minoritaria» la postura defendida por Compromís para el PAI de Benimaclet, sector estratégico de la ciudad y caladero de votos de la formación a la que pertenece el alcalde. Y es que Compromís insiste en desclasificar suelo y reducir el número de viviendas previstas (1.400, que el PSPV plantea rebajar a mil) al tiempo que defiende una tipología de viviendas de «casas de poble».
En línea con los colectivos vecinales afines a Compromís de Benimaclet, el alcalde volvió a defender ayer la gestión directa del desarrollo urbanístico, que asegura que «se atiendan las peticiones vecinales y no los intereses privados». Así pues, repitió su invitación a volver al diálogo y consensuar una fórmula para la zona.
En el entorno de la vicealcaldesa socialista lamentan, sin embargo, el doble discurso y la indefinición del alcalde, que está condicionado por «minorías», en alusión a los colectivos ciudadanos afines a Compromís en Benimaclet. Para los socialistas la propuesta de desclasificar parte del PAI, como apuntan en Compromís per València, es inviable porque supondría la pérdida de dotaciones y una indemnización cifrada en 50 millones de euros a Metrovacesa.
«Llevamos trabajando muchos meses dentro del gobierno, con entidades y con los vecinos para llegar a una propuesta equilibrada y razonable. Tenemos que evitar que se excluya a una parte mayoritaria de los vecinos que llevan años reclamando más dotaciones, espacios verdes y zonas públicas», subrayó Sandra Gómez. «No podemos renunciar a que Benimaclet tenga su escoleta, dotaciones deportivas y viviendas públicas de alquiler, afirmó la vicealcaldesa, que rechazó modelos como el de Compromís de casas de pueblo porque «son más elitistas, alzan el precio de la vivienda y excluyen a muchas familias». «Queremos que sea un barrio de verdad, no una urbanización de adosados», sentenció Sandra Gómez.
La divergencia, en cualquier caso, no quedó ahí. El enfrentamiento personal pasó a los partidos. Por la tarde se reunió la Ejecutiva de Compromís per València y emitió un comunicado en el que acusa a Sandra Gómez de abandonar la negociación, adoptar decisiones unilaterales y caer en «una gran irresponsabilidad política» que «ha puesto en duda la gobernanza».
Por eso, Compromís cree que «hay que volver al marco del Rialto, que vela por llegar a acuerdos de manera honesta y trabajada siempre que se parte de posiciones diferentes, mirando siempre por el bien de la ciudad, una cosa que Sandra Gómez, en nombre del PSPV, ha decidido romper unilateralmente».
Compromís valora de forma especialmente negativa la exclusión del vecindario en el diálogo y la «cesión ante los intereses de una empresa constructora en la no reducción de la edificabilidad», así como la decisión de no optar a la gestión directa del PAI.
Por su parte, el portavoz del PSPV en la ciudad de València y concejal de Hacienda, Borja Sanjuán, respondió a estas acusaciones con otro comunicado no menos duro. «Todo lo que dicen es falso», asegura. En su opinión, el proyecto ha sido debatido con los concejales de Compromís («tenemos la documentación», dice) y espera que «si hay un problema de comunicación entre Ribó y su partido no se ponga «en riesgo la estabilidad del Rialto».
Tras recordar que cada formación tienen sus competencias y aconsejarles que se fijen más en las que tienen ellos, «porque el problema no está aquí», Sanjuán resumió su postura: «No podemos compartir un modelo de residenciales de piscina y gimnasio, ni una urbanización estilo Santa Bárbara, con chalés adosados a medio millón de euros que son inaccesibles para la mayoría y mucho menos si es a costa de robarle las dotaciones a las vecinas y vecinos del barrio».
Para Sanjuán no es admisible en un gobierno de izquierdas «robar dotaciones públicas» a los vecinos y «regalar en indemnizaciones el dinero de todos».
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