Los arqueólogos municipales recuperan el control de las obras privadas

Cultura devuelve al ayuntamiento las competencias en la vigilancia de áreas arqueológicas y las intervenciones en entornos protegidos

Excavación de un patio mudéjar en el Carmen dirigida por el SIAM. | M.A.MONTESINOS

Excavación de un patio mudéjar en el Carmen dirigida por el SIAM. | M.A.MONTESINOS / hortensia garcía. valència

hortensia garcía. valència

El Servicio Municipal de Arqueología (SIAM) del Ayuntamiento de València recupera las competencias perdidas hace más de dos décadas. La Conselleria de Cultura hizo pública ayer la resolución por la que, en cumplimiento del decreto de 2017 del Consell que aprobó el Reglamento de Actuaciones Arqueológicas del territorio valenciano, y a instancias de la Concejalía de Cultura, reconoce al SIAM. Con este reconocimiento, que solo han recuperado, de momento, València, Gandia y la Vilajoiosa, los arqueólogos municipales vuelven a tener competencias y capacidad de inspección y control en las obras privadas que se realicen en la ciudad, algo que no ocurría desde la aprobación de la Ley de patrimonio cultural valenciano en 1998. Los servicios de arqueología de los ayuntamiento vieron limitadas entonces sus competencias a las obras públicas del propio ayuntamiento. Dicha ley dejó en manos de los particulares el seguimiento arqueológicos de las obras, mientras que la Conselleria de Cultura asumía el control y supervisión, vaciando de competencias los servicios arqueológicos municipales, entre ellos el de València, que había sido pionero.

El reconocimiento, explicaron fuentes de la Conselleria de Cultura, supone una regulación normativa de las funciones del arqueólogo municipal y una mayor coordinación entre la administración autonómica y municipal. Además, se simplifica y agiliza la tramitación a la ciudadanía.

El Servicio de Arqueología desempeñará funciones de supervisión de la redacción y actualización del catálogo de bienes y espacios protegidos. Eso permitirá que el servicio municipal pueda proponer la inclusión o exclusión en el citado catálogo de determinados ámbitos de protección arqueológica, entendiendo que tiene un alto grado de conocimiento de la realidad patrimonial del municipio. Una potestad que ahorrará futuras controversias como la suscitada con los derribos de la antigua facultad de Agrónomos para la ampliación del Hospital Clínico, un ámbito que ha quedado finalmente excluido del entorno de protección de las facultades de Blasco Ibáñez catalogadas como Bien de Relevancia Local.

Los arqueólogos municipales también podrán supervisar, e incluso dirigir, las actuaciones promovidas por el Ayuntamiento de València que requieran cautelas arqueológicas, tal como se está haciendo ahora en la Bajada de San Miguel, donde tal como adelantó Levante-EMV, ha salido a la luz un patio mudéjar con una fuente-surtidor de losetas policromadas y donde los arqueólogos también esperan sacar a la luz la necrópolis de Roteros.

El Servicio elaborará estudios arqueológicos previos y podrá emitir informes. De esta forma, el ayuntamiento y no la conselleria se convierte en la primera instancia a la que acude la ciudadanía para obtener información y solicitar autorización arqueológica.

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