El ayuntamiento de València ha acordado la cesión de una parcela municipal para que Casa Caridad amplíe su actuación con personas necesitadas. La ampliación permitirá a la ONG la ampliación de una escuela infantil y multiplicar de esta forma su labor. Ellos se encargarán de urbanizar un solar que disfrutarán durante 30 años renovables. La intrahistoria es que, con esta actuación, se deshará uno de los caprichos geográficos más curiosos del ensanche de la ciudad.

La calle Xilxes es, más que una calle, un callejón sin salida y tragado literalmente por las manzanas del Botànic. Se entra por un pasaje y traza un ángulo de 90 grados. La parcela municipal es lo que queda de una finca derribada que, en la actualidad, permite aparcar a 25 automóviles. Es un aparcamiento prácticamente «secreto», permitido por la costumbre, pero, lógicamente, no reglado, y que daba servicio a las fincas cercanas, así como, por ejemplo, a un centro médico contiguo. Cuando se sanee y edifique, desaparecerá un particular tesoro para los conductores. En una zona de muy difícil aparcamiento.