Del Reviure al Reviva: cuando las políticas de vivienda enfrentan a València y Madrid

A València y Madrid los separan 365 kilómetros de distancia por carretera pero está claro que desde que en una y otra ciudad gobiernan fuerzas políticas enfrentadas, en materia de políticas de vivienda las diferencias se han hecho más profundas si cabe en los últimos años. Y eso pese a que los planes de vivienda de cada una de estas ciudades tienen nombres parecidos Pla Reviure y Plan Reviva. Pero a partir de ahí ambas iniciativas no se parecen en nada. Las recetas políticas para solucionar la falta de hogares para los ciudadanos son totalmente antagónicas. Como el público objetivo al que se destinan ambas iniciativas.

El gobierno valenciano, encabezado por Joan Ribó y formado por fuerzas de izquierdas (Compromís-PSOE), ha lanzado el Plan Reviure, un programa dirigido sobre todo a las personas más vulnerables y a la clase baja y media. La idea principal es proporcionar un piso a quien no lo tiene porque no lo puede pagar.

Además, tal como explicó la concejala Isabel Lozano en el último pleno, el Pla Reviure es una herramienta más, que se centra en la rehabilitación de inmuebles, y en ocupar parte de los miles de pisos vacíos que hay en la ciudad. Por el contrario, el ejecutivo madrileño, liderado por el popular José Martínez-Almeida y apoyado por el centro-derecha y la ultraderecha (PP, Ciudadanos y Vox), apunta con el Plan Reviva a la clase media-alta. Y a colectivos concretos, como solteros, parejas o familias, con cierto poder adquisitivo, que buscan un primer hogar de calidad pero de forma transitoria hasta adquirir su vivienda soñada en propiedad.

La meta primera del alcalde del PP pasa por reactivar el mercado del alquiler privado y turístico. Además apuesta por la construcción de nueva planta y en menor medida por la rehabilitación.

La propia idiosincrasia de cada ciudad también es diferente. València tiene un censo de 800.000 habitantes y 57.000 pisos vacíos. Madrid suma cerca de 3,3 millones de vecinos y acumula 153.000 inmuebles desocupados. En València, el precio medio del alquiler está en 8,2 euros/m2 mientras que en Madrid se sitúa en 15/m2, y es con mucho, la más cara de España. En toda la Comunitat Valenciana, a fecha de diciembre de 2020, el Registro de Demandantes de Vivienda sumaba 18.000 personas. Solo en Madrid capital, la empresa pública tiene una lista de espera de 28.800 solicitantes.

Todas estas cifras muestran realidades dispares y criterios opuestos para actuar en el mercado. El alcalde Martínez-Almeida lo une todo —alquiler, ayudas sociales, construcción de VPP, reactivación de los pisos turísticos...— en un plan dotado con 30 millones que parte de una premisa: poner más vivienda en el mercado supone que los precios bajarán por el aumento de la oferta.

En la capital valenciana, Ribó ha desgajado el Pla Reviure,dotado con 500.000 euros, de las ayudas directas al alquiler a los vulnerables por valor de 2 millones; el millón de euros para comprar inmuebles —sobre todo en el Cabanyal— para rehabilitarlos y destinarlos a vivienda social; o el plan de Aumsa —liderado por la vicealcaldesa Sandra Gómez— que hasta 2023 proyecta construir 337 viviendas para alquiler asequible por un montante de 43 millones.

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