Ciutat Vella se cerrará al tráfico en marzo, pero sin multar aún a los infractores

El cierre al tráfico rodado para no residentes de Ciutat Vella avanza según los plazos anunciados por la Concejalía de Movilidad Sostenible allá por noviembre del año pasado. En tres semanas, en marzo, se iniciará la segunda fase del plan para convertir en Área de Prioridad Residencial (APR) el centro histórico de la ciudad. Esto significa que los vehículos que circulen por Ciutat Vella Nord deberán tener autorización de acceso, circulación y estacionamiento en esta zona. Los taxis y otros medios de transporte como los autobuses de la EMT no la precisarán. Tampoco tendrán restricción alguna los vehículos de bomberos, protección civil, policía y ambulancias. Las bicicletas, los ciclos de transporte de personas o mercancías y Vehículos de Movilidad Personal (VMP) también podrán circular libremente por el espacio que está delimitado por 5 puntos en los que se han instalado las cámaras de control para el reconocimiento automático de matrículas.

Durante el mes de marzo, todavía no se impondrán multas a aquellos conductores que accedan a la zona y no cuenten con la autorización necesaria. De momento, se informará a los conductores mediante una notificación de que han cometido una infracción pero no se les denunciará.

En la tercera fase del plan, en abril, se multará a los vehículos que hayan accedido sin autorización a la APR con sanciones de 200 euros. Las tareas de control de accesos y la recogida de datos de los vehículos denunciados y de su tramitación para una posible sanción estarán a cargo de la concejalía de Movilidad Sostenible que dirige Giuseppe Grezzi.

El control de los accesos se va a realizar mediante las 5 cámaras ubicadas en otros 5 puntos de entrada a Ciutat Vella: la calle Corona, la calle Salvador Giner, la calle Salvador, la calle María Cristina y la Plaza Ciudad de Brujas. El funcionamiento de esta Área de Prioridad Residencial (APR) se asemeja a la conocida como Madrid Central, que sigue activa en la actualidad en la Gran Vía de Madrid, entre otras zonas de la capital madrileña. Quienes acceden a aquella gran vía, por ejemplo, y no figuran en el registro de matrículas autorizadas son captados por las cámaras y se tramita una sanción que se les notifica en sus propios domicilios. La forma de sancionar es similar por tanto a cuando se aparca en zona azul y se excede el tiempo de estacionamiento.

La Policía Local de València no será la encargada en este caso de velar por los controles de acceso a la zona ni impondrá multas por las posibles infracciones sino que será Movilidad Sostenible la que también tramitará las sanciones, tal como han confirmado fuentes municipales.

Esta reordenación de la movilidad supone el cierre del centro histórico de València a vehículos no autorizados. Los vecinos residentes, los hosteleros o los propietarios de negocios y de aparcamientos de Ciutat Vella podrán entrar y salir con toda libertad. Para ello, tienen que darse de alta en una plataforma web, que les permitirá moverse por la zona y dar permiso a terceros para poder acceder al barrio: por ejemplo familiares o proveedores habituales de restauración en el caso de los bares.

En cuanto a empresas de suministros; operadoras de luz, teléfono, internet o agua; servicios postales o Correos; grúas o remolques; y proveedores de otros negocios entran en la serie de excepciones que permiten acceder al APR de Ciutat Vella Nord para trabajar o efectuar servicios públicos o sanitarios. Cabe recordar que esta reordenación del tráfico para su pacificación fue aprobada en los procesos participativos de DecidimVLC de 2016, a propuesta de los vecinos de Ciutat Vella, y persigue reducir la contaminación atmosférica y acústica derivada de coches y motos, así como mejorar la calidad de vida de los residentes.

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