La Autoridad Portuaria de València (APV) ha presentado al Ayuntamiento de València el plan de movilidad para la nueva terminal de cruceros proyectada en el muelle de Unión Naval de Levante, donde se aprovecharán los edificios históricos de los astilleros de Boluda. El estudio analiza los distintos escenarios de llegada de cruceristas y su impacto en la movilidad de los barrios de fachada marítima, especialmente Natzaret, y de la Marina de València. La presentación de un plan de movilidad ha sido uno de las exigencias del alcalde de València, Joan Ribó, de Compromís, para apoyar la construcción de la nueva terminal.

El puerto propone en su estudio de movilidad una plan de accesos que contempla la construcción de una nueva glorieta elíptica frente al tinglado 5 que haría las veces de acceso principal a la nueva terminal. Una infraestructura que se ubicaría parcialmente en suelo urbano de la Marina de València lo que, según la APV, implicará al ayuntamiento.

Zonas verdes y una rotonda darán acceso a la estación marítima

Esta alternativa prevé el soterramiento o cubrición de las vías del ferrocarril que atraviesan esta parte del puerto y del vial de tráfico paralelo, lo que permitiría generar zonas verdes en superficie y mejorar la calidad paisajística de la nueva terminal.

La alternativa que defiende la APV, que ha barajado otras opciones que implicarían la construcción de pasos inferiores o elevados para ordenar los tráficos, contempla otros tres rotondas en el Paseo de Caro para ordenar el tráfico de autobuses, el de vehículos ligeros y el peatonal. La APV cifra en 546.000 euros el coste del nuevo acceso a la terminal de cruceros.

Se trata de la alternativa más económica, frente a la construcción de un viaducto y un paso inferior que elevaría el coste a 4,2 millones de euros.

El plan de movilidad incluido en el plan especial de la zona sur 2 del Puerto de Valencia que tramita el ayuntamiento, afirma que la nueva terminal de pasajeros proyectada en los antiguos astilleros del muelle de Levante concentrará en esta zona todo el tráfico de pasajeros que existe en la actualidad, lo que incluye tanto de cruceros como de líneas regulares. Las previsiones de evolución futura de este tráfico en el Puerto no contemplan grandes crecimientos, si bien, la concentración de la actividad en una única área del puerto generará un incremento de la movilidad en dicho entorno. Se estima que la infraestructura viaria del Puerto de València y su conexión con el núcleo urbano, con las modificaciones que en su caso se estimen necesarias, cuenta con capacidad suficiente para hacer frente a la demanda de generación de viajes estimada.

Como mejoras de movilidad, el puerto propone fomentar el uso de la bicicleta en trabajadores y visitantes, reservando espacio para ello en la futura línea del metro (L10) que llegará a Natzaret, mejora de la aplicación del coche compartido de la APV, disponer de plazas reservadas para vehículos eléctricos e híbridos en el interior del puerto con puntos de recarga gratuitos, mejorar la señalización en la ciudad para el acceso al puerto, un recinto al que a día de hoy la mayoría de los desplazamientos (79%) se hace en coche y apenas un 2% es peatonal.

La APV también propone mejorar la señalización de los itinerarios peatonales. La APV ha realizado una encuesta a los usuarios en la que señalan mejoras de movilidad como la reordenación de las líneas de autobuses y de las paradas del servicio municipal de bicicletas de alquiler. Los usuarios también reclamaron un servicio de bus lanzadera con distintos puntos de la ciudad.

Hasta 10.000 pasajeros

El estudio de movilidad asegura que el escenario más «desfavorable» en la nueva terminal es la triple escala de cruceros, ya que supondría casi 10.000 pasajeros llegando de manera simultánea al puerto en un corto espacio de tiempo. En torno a un 26 % lo hará en autobús, lo que significaría unos 49 autobuses accediendo al Puerto. Otro 34 % se dirigirá hacia la ciudad en transporte público colectivo (autobuses de la EMT, metro, tranvía) y otro 20 % lo hará en taxi y/o en vehículos con conductor, lo que supondrá unos 757 vehículos, y ese mismo porcentaje lo hará a pie.

Al tráfico de los cruceros habría que sumar el de los propios trabajadores del puerto, lo que supondrá un autobús cada 3,1 minutos, un vehículo privado cada 0,6 minutos, 1 taxi o vehículo con conductor cada 12 segundos, una bicicleta cada 4,1 minutos y un peatón cada 1,7 segundos.