La transformación de Tres Forques en medio siglo
Una imagen de 1970 permite apreciar el antes y el después de toda la trama arrebatada a la huerta

El actual barrio de Tres Forques se proyectó como "Polígono Residencial Avenida de Castilla" /
Moisés Domínguez
Recordar el pasado no es patrimonio exclusivo de los centros históricos. Se puede ser un cincuentón y reclamar el derecho a preservar la identidad. El nacimiento y el crecimiento. Eso es lo que ha hecho la Asociación de Vecinos Tres Forques-Vara de Quart, que ha realizado en los últimos años una labor de búsqueda de imágenes, que no ha terminado, que traten de explicar cómo grandes extensiones de huerta fueron transformándose en zona residencial, propia del crecimiento de una ciudad que no ya había derribado sus murallas, sino que pedía oxígeno pasado el tercer cinturón de ronda. Para convertir lo que ahora es último territorio de l’Olivereta junto a Patraix. Barrios que están divididos por una avenida, Tres Forques, que en su momento era una vía de tren en dirección a Utiel, Cuenca y Madrid y que, sin Plan Sur por medio, cruzaba limpiamente hasta Xirivella para proseguir camino. Al calor de esa plataforma, primero como camino, luego como calle de tierra y ahora avenida, quedó trazado el eje de lo que tendría que venir a partir de ahí: el mundo de Extramuros.
El programa promovido por la Asociación de Vecinos desde hace dos años es «Històries 3F» y persigue crear un archivo documental histórico y testimonios orales de cuanto se recuerde.
Una de las imágenes más emblemáticas es una que la asociación datada en el año 1970. En ella se aprecia la enorme cuadrícula que forman las calles Músico Ayllón, Santa Cruz de Tenerife, Tres Forques y Tres Cruces. Con todo preparado para empezar a construir. La imagen incluye, en primer término, la primera gran construcción, el Colegio La Purísima, que se mantiene exactamente en el mismo lugar. Al otro lado, la paradoja de las paradojas: las fincas que hubo que derribar por aluminosis y que ahora albergan uno de los pocos descampados que quedan en la cuadrícula.
Un barrio que tenía que acoger a toda la nueva población de la ciudad, fundamentalmente emigrante, pero también de desplazados del centro de la ciudad, cuyos vecinos ahora procuran recuperar a base de relatos e imágenes para preservar.
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