Bioparc València ha realizado un balance agridulce del año pasado debido a la pandemia, sin duda el más difícil de sus trece años de existencia. Con una trayectoria de crecimiento y consolidación como un referente mundial, este 2020 ha sido, como para muchos, un año "realmente complicado y un reto para Bioparc". Los efectos de la pandemia y la crisis económica marcan unos resultados muy duros, los peores en la historia del parque. El cierre de las instalaciones ha supuesto la anulación total de los ingresos durante 97 días, con el problema añadido de mantener los gastos, pues internamente el parque mantenía su actividad normal derivada del compromiso con el bienestar animal y el óptimo mantenimiento de las instalaciones. Esto supone un coste diario de 22.000 euros. Estos meses coincidían no sólo con importantes momentos vacacionales como la Semana Santa, sino también con la mayor parte de las visitas escolares a su “aula de naturaleza”.

Rain Forest, la empresa que diseñó, construyó y gestiona el parque, es una pyme española de capital privado, que no “tiene detrás” ningún grupo industrial o de servicios ni ningún fondo de inversión. "Se ha puesto por encima de todo la responsabilidad, especialmente por la particularidad de su ocupación, que implica mantener el máximo cuidado de seres vivos", dice. En estas circunstancias, se han realizado todos los ajustes posibles para mantener la necesaria actividad, implementado un ERTE y recurriendo a préstamos ICO. Además, al tratarse de una concesión administrativa con una inversión privada de más de 70 millones de euros para desarrollar el proyecto, se realizó una solicitud de “reequilibrio económico” al Ayuntamiento de la ciudad. Esta petición, que corresponde a los más de tres meses de cierre, se formalizó el pasado mes de junio y todavía está pendiente de resolución, aseguran.

Como en la mayoría de sectores económicos, la reapertura se supedita a las importantes limitaciones y medidas de seguridad y salud. Además, han sido muy notables las consecuencias de la caída del turismo internacional y las restricciones a la movilidad. Los resultados son claros, una disminución del 60% de las visitas del parque: de las 637.000 en 2019 se ha pasado a 264.000 en 2020, de las cuales solo un 11% son internacionales, frente al 46% en 2019.

Bioparc quiere, no obstante, mostrar el lado “dulce” de las cosas. En este sentido, "ha supuesto una gran satisfacción comprobar la respuesta tan positiva del turismo nacional con un 25% de las visitas frente al 13% del ejercicio anterior y de las personas de toda la Comunitat Valenciana que han supuesto un 64% respecto al 41% de 2019".

También cabe destacar el compromiso mutuo que se establece entre los valencianos y Bioparc y que se evidencia en el pase anual B! El parque ofreció la posibilidad de ampliar la validez del mismo los meses que permaneció cerrado. Y, la puesta en valor del atractivo del parque como espacio de ocio seguro para disfrutar con frecuencia con un precio realmente especial, ha llevado a pasar de 34.000 a 42.000 el número de personas que tienen activo el pase B!

El lado más emotivo ha sido, sin duda, la entrega de todo el equipo humano que incorporó todas las medidas sanitarias a su trabajo diario y que permitió continuar con los máximos estándares de calidad en el mantenimiento de las instalaciones y en el bienestar animal. La empresa implementó todos los cambios necesarios para que ni un solo día, incluso en las circunstancias más adversas, cesara la actividad interna de Bioparc con el objetivo de que los animales permanecieran en su “burbuja” y no sufrieran en absoluto los problemas de la pandemia de coronavirus.

Todo ese esfuerzo se vio recompensado con un babyboom que supone la esperanza de conservación de especies en peligro de extinción en la naturaleza. Cada nacimiento se ha vivido por el equipo del parque como un estímulo emocional.

Así mismo, Bioparc ha reforzado su propuesta de “ocio con causa” y ha seguido realizando de forma virtual acciones que implican a la sociedad, como la 8ª Can-rrera o los desfiles de perros abandonados. El parque permanece abierto al público con todas las medidas de seguridad y hasta final de febrero, con el 13º Aniversario, está en marcha la propuesta para que “lo celebremos todo un año”, con la promoción del pase anual B! a 38€ y el +1€ para salvar a los chimpancés con los proyectos del Instituto Jane Goodall.