València pide a Europa 200 puntos de recarga para coches eléctricos

El equipo de alcaldía ultima la propuesta, que costaría 1,2 millones, para incluirla dentro de los proyectos que presentará la ciudad a los fondos Next Generation UE de reconstrucción por la Covid-19

Joan Ribó carga un vehículo en uno de los puntos de recarga eléctrica de la ciudad. | LEVANTE-EMV

Joan Ribó carga un vehículo en uno de los puntos de recarga eléctrica de la ciudad. | LEVANTE-EMV / j.M.vigara. valència

j.M.vigara. valència

El Ayuntamiento de València tiene ya avanzado un paquete de proyectos que va a presentar a los fondos europeos Next Generation EU, que aprobó el Parlamento Europeo para financiar y subvencionar la reconstrucción de los países de la UE tras los graves efectos sociales y económicos de la Covid-19.

En el caso del cap-i-casal, este portafolio de proyectos para optar a una parte de los 14.000 millones que se prevé que llegarán a la Comunitat Valenciana, se gestiona directamente desde la alcaldía de València. Y una de las propuestas que se va a presentar consiste en instalar hasta 200 puntos de recarga para vehículos eléctricos en otras tantas farolas de la ciudad, con un coste total de 1,2 millones y en un programa progresivo por fases.

La puesta en marcha de esta red de puntos de recarga eléctrica y de la electrificación del parque móvil conllevará la reducción de 1.185 toneladas de CO2 al año. Tal como explica Jordi Peris, coordinador de la Estrategia Urbana y Agenda Sostenible, «la ventaja de este sistema innovador, único en España y casi en el mundo, es que se aprovecha la infraestructura del alumbrado público, en concreto las farolas, reduciendo el coste de lo que cuesta crear un centro de carga de la nada».

Normalmente, construir un punto de carga cuesta 50.000 euros, entre canalizaciones, obra civil y el contrato de una nueva línea eléctrica. En cambio, adaptar una farola, mediante el dispositivo Humble Lamp Post, cuesta 10.000 euros porque «tan solo hay que pagar el cargador, dado que el suministro es el de la red municipal». La experiencia piloto ya funciona en València además de en ciudades como Dresde, Antalya (Turquía), Ostende (Bélgica) o Herzliya (Israel).

Por tanto, el plan que aspira a lograr los fondos Next Generation parte de la ventaja de que el pionero fue desarrollado en el marco de un proyecto europeo, el Match Up, y supuso un gran éxito dentro del programa Horizon 2020. Con vistas a convencer a Europa de su viabilidad, parte con ventajas. No en vano, estos cargadores están activos en las calles Amadeo de Saboya, General San Martín, Santa Rosa, Conde Altea y Pintor Vidal. Son todos de 7kW, excepto Amadeo de Saboya que podrá llegar hasta 28kW. Estas cargas semirrápidas también pueden adecuarse a la demanda del parque móvil y a la potencia contratada.

Tal como añade Peris, «la instalación de alumbrado público de València es una infraestructura eléctrica existente, amortizada, y que en horas diurnas tiene un uso escaso o nulo». Dicha instalación es muy amplia y «cubre prácticamente toda la red viaria de la ciudad». La conexión de puntos de recarga no requeriría de la ejecución de acometidas, pues ya existen, lo que reduce sustancialmente los costes de inversión y de explotación. Todo ello permitiría poner en servicio «un sistema flexible de gran cantidad de puntos de recarga, de potencia progresiva, a un coste reducido».

Con dos particularidades. En primer lugar, al crearse esta red eléctrica, los ciudadanos que ahora dudan en comprarse un vehículo eléctrico, probablemente se animarán a hacerlo con más facilidad. Por tanto se está activando el mercado automovilístico. Pero el más sostenible y no contaminante. Y en segundo lugar, «la flexibilidad» de los dispositivos que se colocan en cada farola. «Son móviles», indica Peris, de modo que en caso de colocarlo en una parte de la ciudad donde se pueda detectar menos demanda, se puede cambiar a otro barrio de forma sencilla.

Esta electrificación de la red viaria de València beneficiará a toda la ciudadanía, en general, y a la flota municipal del Ayuntamiento, en particular. Por ello, forma parte de las propuestas denominadas Expresión de Interés, que enviará València al Ministerio de Transición Ecológica, que está reuniendo las ideas que luego se convertirán en proyectos subvencionables con los fondos europeos de Reconstrucción post-Covid-19.

En esta línea, el alcalde Joan Ribó ha subrayado que con esta acción «queremos reducir el número de coches en la ciudad pero, además, queremos que la gran mayoría de los coches que circulen por ella dentro de diez años no emitan gases contaminantes. Es una cuestión de sostenibilidad, pero también de salud pública, explica.

Las administraciones públicas tienen «la obligación de acelerar las transformaciones necesaria para impulsar la transición ecológica. Es lo que nos están demandando las nuevas generaciones y vamos a estar a la altura», añade el alcalde.

A través de iniciativas como esta, finaliza Joan Ribó, «el ayuntamiento de València aspira a canalizar los Fondos Europeos EU Next Generation para avanzar en la sostenibilidad de la ciudad, impulsar la economía verde y estimular la digitalización».

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