La reprobación a Joan Ribó por sus declaraciones criticando la actuación policial en las concentraciones de la pasada semana generó un agrio debate entre gobierno y oposición. Bastante previsible en los discursos y argumentos, pero bastante duro en los términos. De tal manera que ha derivado en debates sobre la libertad de expresión, reproches porque el propio Ribó ha decidido no intervenir y, finalmente, aprobándose la habitual moción alternativa que

El alcalde no ha querido intervenir y fue Sergi Campillo quien ha salido a defenderle. Y eso ha soliviantado a la oposición. María José Catalá (PP) le ha tildado de "cobarde". Fernando Giner (Cs), de "trumpista y negacionista" y José Gosálvez, de "ponerse del lado de los que queman contenedores".

El apoyo del PSPV, por parte de Sandra Gómez, se basó en que "no se puede criminalizar a los que se manifestaron pacíficamente. Hay que defender el derecho a la manifestación pacífica". No de apoyo a Pablo Hásel, al que definió como "payaso, misógino y violento", del que sólo dijo a favor que "gracias a él se pueda entrar en el debate de levantar la condición de delito a criticar a la Corona".

Sergi Campillo hizo de dique para Ribó y cuestionó el fondo de la cuestión: "¿Qué patochada es esto debatir sobre un tuit? El fondo es que hay grupúsculos, una ultraminoría, que van a reventar manifestaciones que reivindican la pérdida de derechos fundamentales. La derecha suele tener la tendencia de deslegitimar a la izquierda y los derechos que defiende, como la democracia".

Todo se basó en los reproches y en el "y tú más". Campillo, por ejemplo, le recordó a Catalá que Pablo Casado criticó las cargas del 9 d'Octubre. Catalá recordó que "el lema de la concentración de Arran era "quemémoslo todo". ¿Eso es manifestación pacífica?". Giner le recriminó a Ribó que "aquí, que es donde debe dar explicaciones, se pone de espaldas". Gosálbez le sugirió que "si no le gusta la policía, quítese la escolta". Y Sandra Gómez apeló a que "respetemos a los cuerpos de seguridad y respetemos la opinión de la clase política estemos o no de acuerdo".

Finalmente, la reprobación se convirtió en una moción alternativa, aprobada por el equipo de gobierno, con la abstención de PP y Cs y voto en contra de Vox, que, sin embargo, también supone un cambio bastante sustancial respecto al discurso del alcalde, incluyendo un apoyo a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y a la delegación de gobierno y condenar "cualquier acto violento realizado en las protestas convocadas en los últimos días y semanas", así como una condena explícita a Pablo Hasel como autor de manifestaciones "que incitan al odio y la violencia, especialmente las de carácter machista, que ha expresado".

Por además, también se incluye en la moción el apoyo "a cualquier debate democrático y pacífico sobre las libertades, entre estas la de expresión, y otros derechos democráticos" y solicitar a las Cortes Española a modificar el contenido de los delitos relacionados con la libertad de expresión y el derecho a la información"