El Ayuntamiento de València cerró el ejercicio 2020, el de la pandemia, el más duro de las últimas décadas, con un superávit de 53 millones de euros, en línea, aunque algo por debajo, de lo que ha venido sucediendo en los últimos años. La idea del alcalde, Joan Ribó, es destinar el dinero básicamente a hacer frente a la crisis actual, aunque también se destinará a pagar la parte de deuda de la Marina que le toca y a sanear las cuentas de la EMT, que a la estafa de cuatro millones en 2019 se ha unido ahora una fuerte caída de pasajeros a causa del coronavirus. Los socialistas, en cualquier caso, ya han advertido a sus socios de Compromís que el superávit debe servir para atender la crisis sanitaria y económica y que no van a permitir que destinen el dinero del remanente a amortizar deuda bancaria, como ocurrió el año pasado con 32 millones de euros ya en plena pandemia.

Ribó destacó ayer el nivel de superávit que mantiene el consistorio en los últimos ejercicios. Si el año 2020 se cerró con un remanente de tesorería de 53’5 millones de euros, el 2019 finalizó con 57’7 millones y 2018, con 62’1, precisó. Aunque se trata de una cifra más baja que en años anteriores, el alcalde la considera «buena porque nos permitirá afrontar la situación compleja causada por el coronavirus».

Y es que según fuentes de Alcaldía, gran parte de ese dinero podría ir destinado a paliar las consecuencias de la crisis sanitaria, dejando también una parte importante para otras dos cuestiones que consideran prioritarias. Una es el pago del 20% de la deuda financiera de la Marina, el pico que quedará pendiente tras la condonación por parte del Gobierno de grueso de la deuda, que se aproxima a los 400 millones de euros.

Y la otra es afrontar el déficit de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) tras un año de fuertes pérdidas de pasajeros e ingresos debido al coronavirus, amén del fraude de 4 millones ocurrido en 2019 y que todavía colea.

En cualquier caso, los socios de gobierno de Ribó, es decir, el Partido Socialista, destacaron también el superávit de 53 millones de euros y lo hicieron para advertir al alcalde que ese dinero debe gastarse en la pandemia y no en amortizar deuda, como ocurrió el año pasado con los 32 millones del remanente de tesorería.

«Es una cantidad muy importante de recursos que tiene que ser dedicada a la reactivación económica y social, ya sea vía ayudas, ya sea vía inversiones, pero sobre todo no repitiendo el error del año pasado de destinar ese dinero a amortizar por adelantado deuda bancaria. En este momento la prioridad no puede ser rebajarla deuda sino rebajar el sufrimiento de la gente que lo está pasando mal y reactivar nuestra economía», advirtió el concejal de Hacienda, Borja Sanjuán.

Permiso del gobierno

El edil recordó que el Gobierno de España «ha habilitado esa posibilidad a los ayuntamientos» y anunció que «vamos a proponer desde el área de Hacienda que agotemos esa vía para ayudar a la ciudad de València a salir de este tremendo bache». «Todos compartimos que amortizar deuda bancaria por adelantado puede esperar, pero las personas no», enfatizó.

En este sentido, fuentes de Alcaldía explicaron que el año pasado se destinaron 32 millones a amortizar deuda, porque «el gobierno de España no nos dejó otra posibilidad». De hecho, para este año esperan que el Ejecutivo «actúe con más claridad y celeridad».