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Verum Valentia

Chicago 1893, Valencia en Norteamérica (I)

La réplica de la Lonja fue inaugurada por la Infanta Eulalia, hija de Isabel II, el 13 de Junio de 1893, cuarenta y cinco días después de la inauguración oficial de la exposición

La Lonja, edificio de España en la Exposición de Chicago de 1893. | DEL LIBRO DE HUBERT H. BANCROFT

_ «Rafael, quiero que construyas una réplica de nuestra Lonja, aquí, en Chicago», imperó aquel hombre de barba bien cuidada que se encontraba sentado frente a él con las manos apoyadas sobre la bola de plata de su bastón.

_ «Enrique, estás de broma, no?», contestó sorprendido Rafael

Esta conversación pudo haber ocurrido una fría mañana de otoño de 1892 en Chicago (Illinois), los protagonistas: Enrique Dupuy de Lôme Paulín , comisionado jefe para la Exposición Universal de esa ciudad y Rafael Guastavino Moreno, en aquel momento, uno de los arquitectos mas famosos de los Estados Unidos. Ambos, valencianos y unidos frente al reto de construir una reproducción exacta de la Lonja de Valencia para la Exposición Colombina de Chicago de 1893, el edificio oficial que representaría a España en esa Feria Universal que serviría para conmemorar el cuarto centenario del descubrimiento de América e indirectamente mostrar al mundo el potencial americano en la Exposición mas grande realizada hasta la fecha. Sus cifras así lo avalaron: sobre una superficie cercana a los 3 kilómetros cuadrados se construyeron mas de 200 edificios efímeros, lagos, canales, etc. Participaron más de 50 países y por primera vez se realizaron pabellones nacionales.

Enrique Dupuy de Lôme Paulín en aquel entonces contaba con 41 años y una larga trayectoria diplomática. A los 18 años ingresó como agregado diplomático supernumerario en el Ministerio de Estado y cuatro años mas tarde comenzó su periplo internacional: Japón, luego vendría Bruselas, Buenos Aires, París y la Embajada de Washington. Nacido en València el 23 de Agosto de 1851, era hijo de Isidra Paulín de la Peña, hermana de la Ilustre Condesa de Ripalda Josefa Paulín de la Peña, y de Santiago Dupuy de Lôme, famoso empresario de nuestra ciudad y propietario de la sedería La Batifora en Patraix.

Exterior de la lonja en la Exposición de Chicago, construida a escala 3/5. | SPANISH BUILDING WORLD’S COLUMBIAN EXPOSITION

Dupuy fue el verdadero protagonista y el alma mater de la representación española. Sin su constancia y su perseverancia la presencia española hubiera sido un fracaso sin paliativos. Mientras hasta dos años antes de la Exposición los países enviaban sus comisiones de ingenieros, arquitectos y decoradores, España retrasó su participación hasta unos pocos meses antes de la apertura. Los motivos fueron varios: la crisis económica, la bancarrota de las arcas del tesoro, las huelgas, las plagas en el campo, los sucesos anarquistas y sobre todo las luchas internas de los partidos políticos. En Octubre de 1892, durante las fiestas realizadas en la conmemoración de los 400 años del descubrimiento de América, en La Rabida (Huelva), el Gobierno español se comprometió a asistir ante la Comisión Americana, que había sido invitada para este evento. El Gobierno, ante la premura y por medio de la creada Comisión Central, gestionó la presencia de los expositores, alentándolos con la gratuidad del transporte y de los gastos de las instalaciones.

Cuando Dupuy llega a Chicago, se encuentra con las distribuciones ya realizadas en los Pabellones de la Feria, aquellos edificios que conformarían el corazón de la Exposición a la que se denominó «La Ciudad Blanca», quedando solo los peores lugares. Lo mismo ocurrió con el solar donde debía construirse el Edificio Oficial Español. Éste se encontraba a orilla del lago Míchigan, situado entre los edificios de Alemania a su derecha, Canadá a su izquierda y el edificio de Nueva Gales del Sur en su parte posterior. Debido a las dimensiones del terreno, se decidió prescindir del cuerpo del Consulado del Mar, dejando por lo tanto, los otros dos cuerpos, la Torre y la Sala de Contratación.

Guastavino, capital

El arquitecto de esta obra efímera, como hemos comentado, fue Guastavino, que realizó su trabajo de forma gratuita. Rafael Guastavino Moreno había nacido en la calle Puñalería número 11 de València el día 1 de Marzo de 1842, hijo de Pascuala Moreno Ebrí y Rafael Guastavino Buch, un ebanista de ascendencia italiana.

Residía desde 1881 en los EEUU, donde emigró en busca de trabajo y en pocos años se convirtió en uno de los arquitectos más famosos del país. En 1892, su empresa, la «Guastavino Fireproof Construction Company», contaba con oficinas en Nueva York, Boston, Minneapolis, Chicago y Providence. Su éxito y su fama se debieron al saber adaptar la bóveda tabicada, herencia de bizantinos y árabes, a las necesidades de una construcción mas sólida incorporando el uso del cemento Portland. Guastavino reprodujo la lonja a una escala reducida a 3/5, trazó los planos y mandó modelar los adornos, creando una copia exacta de la Sala de Contratación y la Torre. Se permitió varias licencias. Al no poder reproducir el cuerpo del Consulado del Mar, tuvo que crear todo el lateral recayente a éste. La fachada de la Puerta de la Anunciación de la Plaza de Mercado y la Puerta de los Evangelistas, recayente a los escalones de la Lonja, adquirieron unos niveles de perfección muy destacables, reproduciendo fielmente molduras, tracerías, tímpanos, figuras escultóricas, merlones, gárgolas, puertas, escalones, etc.

Si la réplica de las dos fachadas fue casi perfecta, la reproducción de la Sala de Contratación raya la excelencia hasta en sus últimos detalles. La construcción de sus 8 columnas formadas cada una por un haz de molduras helicoidales que se ramifican en su parte alta formando los nervios de la bóveda, es perfecta y hasta reproduce Guastavino las claves iconográficas donde mueren los nervios y las ménsulas que enlazan con las claves en forma de trenza. No se olvida el arquitecto de la inscripción que se encuentra en la pared y que recuerda a los comerciantes sus deberes como mercaderes y como cristianos.

La inauguración de la Exposición tuvo lugar el 1 de Mayo de 1893. Muchos edificios estaban inacabados y muchos productos sin exponer. Este retraso fue debido a las huelgas sufridas durante el tiempo de su construcción y por las duras inclemencias meteorológicas. Estas afectaron también a los expositores españoles y se acentuó por el retraso de la llegada de las mercancías que se debían exponer y que en muchos casos llegaron rotas o deterioradas. Las primeras remesas llegaron tan solo un mes antes de la inauguración y fueron retenidas en la Aduana, problema que tuvo que solventar Dupuy.

La inauguración

Para la Comisión Española, la inauguración de su edificio oficial fue el 13 de Junio. Para ello viajó hasta Chicago la Infanta Eulalia, hija de Isabel II, junto con su esposo Alfonso de Orleans y Borbón. Para ese día, la Lonja estuvo adornada con flores y plantas y la banda de Zaragoza amenizó con su música a todos los asistentes que se encontraban en la Sala de Contratación curioseando ensimismados los cuadros, grabados y fotografías allí expuestos.

Sobre todos los cuadros destacaron dos, tanto por su calidad como por su tamaño: el primero de Gonzalo Bilbao titulado «Return from work», que se encontraba al fondo de la Sala, colocado sobre un descomunal caballete. El otro, de Justo Ruiz Luna, titulado «12 de Octubre de 1492», estaba colocado cerca de la entrada. En cuanto al resto de fotografías, grabados y dibujos que llenaban el resto de la sala, mostraban lugares de España así como edificios históricos, teatros o palacios importantes. Justo al lado del gran cuadro de Gonzalo Bilbao, llamaba la atención la fachada y los planos para un nuevo hospital psiquiátrico en València, obra del arquitecto Félix de la Torre y que nunca se llevó a cabo por quedar desierto su concurso.

Mucho se ha escrito sobre la elección de la Lonja como edificio oficial representativo de España en la Exposición Colombina de Chicago por su aparente nula vinculación con Colón. Los hay como Hubert H. Bancroft, que en su libro «The book on the fair» defiende que fue una elección personal de Dupuy por ser valenciano, viendo metafóricamente el cambio histórico que supuso el descubrimiento con la transición del gótico al renacimiento en la construcción de la Lonja.

También la postura de la historiadora y escritora Elizabeth Boone, que defiende en su libro «The Spanish Element in our Nacionality» que la elección fue una reivindicación del potencial valenciano en el Mediterráneo. Para Verum Valentia, es un homenaje al valenciano Luis Santángel, tesorero del Rey Fernando el Católico y que gracias a su financiación, Colón pudo realizar su proyecto de descubrir el nuevo mundo y nuevos mercados, y para ello qué mejor ejemplo que nuestro templo del comercio.

La exposición Universal de Chicago cerró sus puertas el 30 de Octubre tras seis meses de trabajo comercial y más de 27 millones de visitas. La Lonja, tras cumplir con el cometido para el que fue construida, se derribó. Atrás quedaron todos los problemas directos o indirectos que fueron resueltos por Enrique Dupuy de Lôme y su esposa Adela Vidiella.

Nuestro agradecimiento a la profesora Elizabeth Boone por sus estudios sobre la influencia de España en el mundo norteamericano, por su ayuda y generosidad. Gracias Betsy .

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