Las obras de renovación de las canalizaciones de agua potable entre las plazas de Tetuán y de América que impulsa la Concejalía del Ciclo Integral del Agua han dejado nuevamente a la vista numerosos restos arqueológicos de distintas épocas, entre ellos el teleférico de la Exposición Regional de 1909. Los arqueólogos han sacado a a luz los cimientos de una de las torres del «tranvía aéreo» construido (y posteriormente desmontado) con motivo de la Exposición para comunicar, salvando el río, el Pla del Remei con la Alameda, donde estaba la entrada principal al recinto ferial.

Los organizadores de la feria solventaron con esta obra de ingeniería el paso del público desde la ciudad hasta el recinto de la Exposición. Se construyeron dos torres de hierro de 11 metros de altura, entre las que había una distancia de 185 metros, enlazadas por cables de acero de procedencia británica que permitían pasar de un lado al otro del río las cabinas de pasajeros. El teleférico tenía dos cabinas, una para cada dirección. El ascenso a las torres se realizaba mediante una escalera con subida giratoria una vez realizado el embarque.

El teleférico fue una gran obra de ingeniería, la mayor en Europa hasta la fecha de semejantes características y causó expectación. Prueba de ello fue el abundante espacio que ocupó en la prensa de la época. Fue el segundo montaje de este tipo que se hacía en España, después del de Torres Quevedo y el primero de movimiento alternativo de dos cabinas. La intervención en el paseo de Ciudadela la ha dirigido la arqueólogo Marisa Serrano (Semar Arqueología) que ahora trabaja en las excavaciones de la la calle San Miguel donde han aparecido los restos de un patio mudéjar con una fuente decorada con cerámica de colores.

Los trabajos de renovación de las tuberías del agua que está llevando a cabo desde hace tres años, en distintas fases, la concejalía del Ciclo del Agua a través de Emivasa, han sacado a la luz otros restos arqueológicos, como partes del lienzo, torreones y las puertas de las murallas islámica y medieval. Las excavaciones que ha coordinado María Luisa Serrano, y en las que también han intervenido los arqueólogos técnicos Encarna Sebastià Perales y Rodrigo Guio Serrano han documentado en esta última fase una docena de hallazgos de distintas épocas.

Como ya ocurrió en los trabajos arqueológicos realizados en fases anterior los restos de las murallas, la islámica y especialmente la medieval, han aparecido en varios puntos. La barbacana o antemural de la muralla medieval ha aparecido en el número 10 de la plaza de Tetuán. Sobre estos potentes muros medievales, posteriormente, se instalaría el Trinquete conocido con el nombre del Trinquete del Hospital y, más tarde, el Nuevo Trinquete del Real. Parte del trinquete ya fue excavado y documentado en las excavaciones llevadas a cabo en el año 2017-2018 a escasos metros. Entre las dos campañas de seguimiento arqueológico que se han efectuado se ha podido situar tanto el recinto completo del antemuro o barbacana del foso de la muralla cristiana asi como la estructuras del Trinquete del siglo XVIII.

También se ha documentado un conjunto de estructuras de hormigón de cal y canto y tapiales de época bajomedieval, anteriores a la construcción del pretil del rio, que podrían formar parte igualmente del antemuro de la muralla, que gira en ángulo de 90 grados en dirección hacia la fortificación, donde cerraría y crearía un recinto cerrado, similar al documentado en la plaza de Tetuán.

La cara interna de los tapiales presentan un enlucido de cal mientras que al exterior se documenta una estructura realizada en hormigón de cal y canto de forma trapezoidal que «nos recuerda a los tajamares o espolones de los puentes», apuntan los arqueólogos en su informe.

Baterías defensivas y cenobios

El equipo dirigido por Marisa Serrano se topo con un muro lateral en forma de talud que formaba parte de la batería defensiva construida frente al puente del Real para proteger esta entrada de la ciudad durante la Guerra de laIndependencia (la guerra del «francés»). Una batería defensiva que aparece documentada y grafiada en la cartografía histórica de 1808-1814.

El muro de cierre del Convento de Nuestra Señora del Remedio, ya desaparecido y situado extramuros de la ciudad, junto a la Puerta del Mar, ha sido otro de los hallazgos de esta intervención. El convento estuvo activo hasta el siglo XIX cuando se vio afectado por los decretos de exclaustración de Mendizábal. Otro de los restos vinculados al cenobio es un canal de desagüe que conserva la cubierta abovedada con ladrillos macizos.

Los arqueólogos también se han topado con una antigua acequia en dirección note sur que desagua en el rio, construida con ladrillos macizos y sillares reutilizados posiblemente del convenio del Remedio.

Uno de los hallazgos que más ha dado que pensar a los expertos es el conjunto de sillares hallados en una gran fosa de la plaza de Tetuán. Por la calidad de algunos de ellos se cree que podrían pertenecer a algún palacio, como el desaparecido Palacio del Real (derribado en 1810) o al de los Mustieles, que se encontraba en el número 15 en la plaza de Tetuán, y que fue derribado a causa de la nueva alineación provocada por la ampliación del puente del Real en los años 60. Sí bien, en algunas fotografías antiguas se puede ver como en zonas próximas al hallazgo se encontraban abundantes sillares dispersos por el rio y el paseo de la Ciudadela.

La Riada de 1517

En otra de las zanjas excavadas a la altura del convento de Santo Domingo se han recuperado una pilastra con fuste semicircular y restos de derrumbe de un muro así como fragmentos cerámicos «que nos sitúan en el siglo XV-XVI y nos llevan a creer que probablemente este relleno, con abundante material de construcción y de derrumbes se deba a la gran riada del año 1517», apuntan los arqueólogos.

En la intervención, se han recuperado un total de diez cajas con material cerámico desde época bajomedieval hasta época contemporánea. Entre las piezas más completas se han encontrado azulejos de época medieval de distintas formas y, entre ellos uno con decoración heráldica, además de platos, escudilla y un candil.