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La vivienda más curiosa del Cabanyal abre sus puertas

Un edificio moderno y tradicional a la vez recibirá inquilinos del alquiler asequible municipal

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La curiosa vivienda antigua y moderna de la calle Barraca Moisés Domínguez

Estaba llamado a la aniquilación. Tanto, que la avenida de Blasco Ibáñez prolongada hacia el mar pasaba justo por encima. Sin embargo, se salvó de la trituradora. Y ahora se ha convertido en un híbrido arquitectónico cuanto menos peculiar. Se trata de la vivienda de Barraca 138, ahora convertida en 138-140, que acaba de ser asignada para alquiler asequible. Forma parte, pues, de esa tanda de inmuebles que, siendo propiedad del ayuntamiento (por mor de aquella compra-expropiación), han sido rehabilitadas para darle un uso social. Este bloque confronta a la vivienda de la calle de la Reina, diseñada por Goerlich, que también ha sido salvada y reformada de arriba a abajo.

La peculiaridad del nuevo proyecto es estar compuesto por dos módulos. Uno extremadamente tradicional y otro extremadamente moderno. El solar del número 140 estaba derrumbado y no reunía las condiciones de metraje para albergar una vivienda de nueva creación. La solución práctica planteada por el Estudio Alberto Burgos y Teresa Carrau Carbonell ha sido crear un módulo «para crear una dicotomía entre lo moderno y lo antiguo» asegura Teresa Carrau. La fachada de 138 es muy cabanyalera, con su puerta grande, sus manises, su balconada... y la de 140 es un módulo que tiene materiales tradicionales, como la madera o la cerámica, «pero simplificados». El resultado es una vivienda que al final tiene 90 metros cuadrados «que conforma lo que sería una casa-taller de antaño, pero a caballo de las dos épocas». Una propuesta que en redes sociales especializadas ha tenido su dosis de división de opiniones.

Esta serie de viviendas se caracterizan por rescatar todos los azulejos posibles, aunque conformen en el suelo escenas inacabadas. «También hemos recuperado, e incorporado, un azulejo de Sant Vicent y otro de Sant Antoni». Ni que decir tiene que la vivienda estaba en un estado lamentable de conservación y que la rehabilitación sufragada por el consistorio le ha dado una vuelta absoluta. «Hemos rescatado zócalos y hasta en el módulo del número 140 hemos dejado a la vista la pared».

Los afortunados que recibirán esta vivienda en alquiler asequible encontrarán algunos guiños, como barandillas que simulan «redes de pescador» y, como remate, un solarium inclinado.

Los inquilinos están a punto de llegar. La pasada semana, la concejala Isabel Lozano recordó que estas adjudicaciones «son un paso para garantizar el derecho a la vivienda» y que existe el compromiso adquirido por los ganadores del concurso de cuidar estos inmuebles. También elogió «el esfuerzo de los restauradores por poner en valor edificios de gran valor histórico». Las labores de recuperación del inmueble se han efectuado también gracias al programa de ayudas Arru y al Plan Confianza.

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