La regeneración de la playa de la Garrofera, destrozada por el temporal Gloria, ha permitido sacar a la luz una de las joyas del parque natural de la Devesa Albufera, que son sus malladas, una suerte de lagunas salinas que se nutren del agua de lluvia y que crean a su alrededor todo un ecosistema de gran valor. En concreto, esta actuación, desarrollada por la Dirección General de Costas, ha permitido limpiar y poner en valor la mallada Redona, una de las más grandes del parque, que ahora tendrá todavía unos años por delante para generar una vegetación propia y ser lo que ha venido siendo desde hace miles de años.

Según explicó Amelia Quintana, experta de la Oficina de la Devesa-Albufera, la franja que conocemos como la Devesa, que tiene un kilómetro aproximadamente de anchura y que transcurre entre el búnker de El Saler y la Gola del Perellonet, está dividida a su vez en tres franjas longitudinales: un cordón dunar móvil que va en paralelo al litoral, un cordón dunar fijo que va en paralelo a la carretera CV-500; y en medio de ambos una franja de suelo arcilloso que cuando llueve se encharca y forma pequeñas lagunas denominadas malladas.

La regeneración de playas salva las malladas de la Devesa | F. BUSTAMANTE

Su funcionamiento es peculiar. Lo mismo que cuando llueve se encharcan, cuando sale el sol se secan, dejando una capa de sal sobre el suelo. Y ese fenómeno repetido varias veces hace que finalmente se forme una laguna salina, más en el centro que en los bordes, donde crecen especies adaptadas a estas condiciones como el junco o la salicornia.

La regeneración de playas salva las malladas de la Devesa |

Estos singulares ecosistemas han estado presentes en el parque toda la vida, pero en los años sesenta y setenta, con la eclosión del urbanismo de playa, se dejó todo a la misma cota y se colmataron las malladas, arrojando más de un metro de tierra sobre sus fondos y haciéndolas casi desaparecer. Un informe oficial cifra en el 87% las malladas que se vieron afectadas.

La regeneración de playas salva las malladas de la Devesa | LEVANTE-EMV

Proceso de recuperación

Fue a partir de los años ochenta cuando en las sucesivas regeneraciones del cordón dunar se han ido recuperando estas lagunas (se calcula que el 23% han sido restauradas por el ayuntamiento), la última la mallada Redona. En el proceso de regeneración de la playa de la Garrofera tras el temporal Gloria se optó por una doble vía de suministro de arena, que fue la arena seca de las playas del norte de València (Cabanyal y Malva-rosa) y, a propuesta de la Oficina Municipal de la Devesa, la arena que cubría esta mallada. Eso ha permitido limpiarla de arbustos y de tierra hasta la cota salina y recuperar la pequeña laguna, al menos una parte de la misma, porque según las fuentes, queda otra mitad por descubrir.

Según Amelia Quintana, la limpieza ya está hecha y ahora se dejará que la propia mallada recupere su vegetación de forma natural.

La idea del ayuntamiento, además, es profundizar en la conservación de las malladas, un ecosistema que el vicealcalde, Sergi Campillo, puso en valor y defendió como uno de los más valiosos del parque natural.