Los vecinos de la Malva-rosa plantearon ayer a la concejala de Desarrollo Urbano y vicealcaldesa, Sandra Gómez, que retome el antiguo plan de expropiaciones, derribos y realojos de las casitas rosas, punto negro histórico de delincuencia, venta de droga e inseguridad ciudadana en este popular barrio del Marítimo. Sandra Gómez hizo ayer una visita al barrio junto a representantes de la asociación «Amics i Amigues» de la Malva para conocer in situ sus necesidades y problemas, entre los que destacan la cantidad de solares y descampados sin urbanizar que cada vez que llueve se convierten en un lodazal, y la falta de dotaciones, como una biblioteca (proyectada ya en Tarongers) y un centro social.

Unas necesidades que se tendrán en cuenta en la revisión pormenorizada del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la Malva-rosa (área funcional 8) anunciada ayer por la vicealcaldesa. Esta revisión del planeamiento se considera «prioritaria» tras las de Natzaret, el Cabanyal y Campanar, ya en marcha.

Durante el recorrido los vecinos lamentaron que aquel plan de expropiación de las casitas rosas quedase paralizado tras derribarse en 1990 solo uno de los cinco bloques. El plan de derribos de las casitas rosas fue aprobado por el Consell a finales de los años 80, con los gobiernos municipales de los socialistas Pérez Casado y Clementina Ródenas, y contemplaba la expropiación y realojo de las familias de las casitas rosas, un conjunto de viviendas construidas para los damnificados de la Riada de 1957 convertido ya entonces en foco de delincuencia. Las casitas rosas siguen siendo hoy el principal problema del barrio. «No es racismo, es un problema de convivencia», señalaba ayer una de las representantes de la comitiva vecinal que acompañó a Sandra Gómez.

La vicealcaldesa, por su parte, apuntó que la visita «ha sido muy provechosa» y «ya estamos preparados para lanzar el plan especial de la Malva-rosa para dotar al barrio de los servicios públicos que necesita y abordar cuestiones de seguridad y convivencia donde el urbanismo tiene un papel fundamental para resolverlos». Gómez no aclaró si en la revisión se abordarán soluciones para las casitas rosas como piden los vecinos. «La solución no es fácil, pero en algún momento tendremos que abordarlo». Los vecinos de la Malva-rosa demandarían una solución similar a la adoptada en los Bloques portuarios del Cabanyal, que serán demolidos ofreciendo a los propietarios la posibilidad de comprar una vivienda de realojo o permutar su casa por otra en el barrio. Una solución que enfrentó a los socios del anterior gobierno municipal donde Podemos defendía la reconstrucción del edificio y el PSPV apostaba por la demolición y reconstrucción.

La de ayer fue, en palabras de Gómez, «una primera visita a la Malva-rosa para detectar los problemas junto con los vecinos y vecinas, ya que son las personas que mejor conocen el barrio y quienes lo viven día a día».

A partir de ahora, el personal técnico hará un primer análisis para posteriormente formular propuestas del plan.