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Descubren el obrador medieval del gremio de los tundidores junto a la Lonja

El plano de Tosca (1704) ya identifica la que fue sede de los «abaixadors», un edificio inclinado de potentes muros de piedra

Gremio de «abaixadors» en los números 1 y 3 de la calle Danzas. m.a.montesinos

El arquitecto valenciano Antonio Gómez-Gil ha localizado, embebida en la trama urbana y la arquitectura del siglo XIX de la calle de las Danzas, la que fue sede y obrador medieval del gremio de los «abaixadors» o tundidores, uno de los oficios vinculados a la industria textil que floreció en la ciudad a partir del siglo XV. El hallazgo de la que sería, junto con el Colegio del Arte Mayor de la Seda, en la calle Hospital, y el Gremio de Carpinteros o «fusters» (Palacio de Balmes), la tercera sede gremial identificada en la ciudad ha sido publicado por la revista Archivo del Arte Valenciano de la Real Academia de Bellas Artes.

La investigación de Gómez-Gil arranca, casi de manera fortuita, al observar en el interior de una tienda de ropa y complementos de la calle de las Danzas unas gruesas pilastras de piedra y una extraña inclinación del suelo del local. Dos elementos que llevaron al arquitecto, profesor de Composición Arquitectónica de la ETSA de la Universidad Politécnica, a indagar en la historia del edificio.

Después de consultar abundante bibliografía y archivos, el arquitecto concluye que el edificio de potentes muros y forma trapezoidal estudiado, actualmente fragmentado en varias propiedades, fue la sede del gremio de los «abaixadors», que ocuparía casi una manzana formada por los actuales números 1 y 3 de la calle de las Danzas y Cajeros, 1. Los investigadores proponen la recuperación de la memoria de esta sede gremial que los tundidores hicieron construir como símbolo de poderío económico a pocos metros de la Lonja, templo de los mercaderes, y de la plaza del Mercat, centro neurálgico y comercial de la época.

En su extenso y documentado informe, Antonio Gómez-Gil explica que la toponimia histórica dio una pista fundamental puesto que la calle de las Danzas se llamó antes de Abaixadors. A confirmar la teoría sobre este obrador medieval único han contribuido también los planos históricos, en especial el de de Tosca (1704). La investigación de tres años de Gómez-Gil, en la que ha colaborado la arquitecta Amanda Ramón-Constantí, incluye el levantamiento planimétrico de lo que pudo ser el obrador y sede de los «tundidors» en el actual barrio del Mercat.

En la ciudad y reino de Valencia, las instituciones siguieron una política proteccionista con los gremios del textil, que tenía gran peso en la economía, algo que dio una posición holgada a los agremiados que incluso podían dar el salto a la política municipal.

El gremio de los tundidores tuvo su origen en la época de esplendor foral valenciano, como así lo evidencian las dimensiones y los acabados utilizados en el que sería su gremio, en la calle de las Danzas. El edificio original constaba de tres alturas. La planta baja, de gran altura (casi cinco metros), dedicada a obrador, una primera planta cubierta por un alfarje de madera y la cambra o andana. Este esquema es el que representó Vicente Tosca en su conocido plano de la ciudad de 1704.

Otra de las pistas que ha llevado a Gómez-Gil a confirmar su hipótesis sobre el obrador gremial fue comprobar que tuvo acceso al agua, cuyo suministro era necesario para garantizar la actividad del tundido, puesto que uno de los brazos de la «sequia del Vall Vell» discurría a pocos metros del edificio de la calle de las Danzas.

La investigación aporta documentación gráfica inédita, que da cuenta del estado actual del inmueble y propone una hipótesis reconstructiva, tanto en planta como en volumen.

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