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Las obras de la calle María Cristina sacan pavimentos de los últimos dos siglos

Los restos más antiguos son de finales del XVIII y pertenecen al Carrer de les Fonts, incluido un imbornal perfectamente conservado

Restos del pavimento más antiguo encontrado en la calle Reina María Cristina. | J. M. LÓPEZ

Las obras de canalización de aguas que se desarrollan en la calle María Cristina, entre la Plaza del Ayuntamiento y el Mercado Central, han sacado a luz pavimentos de los últimos dos siglos y medio, los más antiguos del finales del XVIII y principios del XIX, muy bien conservados y con la peculiaridad de tener casi intacto un imbornal de la época. Así lo han asegurado fuentes municipales y de la empresa Emivasa, que han asegurado que los arqueólogos documentarán todas las piezas encontradas y rescatarán algunas de las más valiosas para guardarlas como documentos históricos. Como curiosidad, apuntan a la profundidad, cercana a un metro, a la que se han encontrado los pavimentos más antiguos, lo que demostraría lo que ha subido la calle en los últimos dos siglos.

Las obras en cuestión consisten en la renovación de las tuberías de abastecimiento de la zona previas a la urbanización del entorno de la Lonja y el Mercat. «Haremos lo mismo antes de hacer obras importantes como estas de la Lonja o las de la Plaza de la Reina», dijo la concejala del Ciclo Integral del Agua, Elisa Valía.

Se trata, sin embargo, de una zona sensible desde el punto de vista arqueológico, algo que se ha confirmado en cuanto han abierto las primeras zanjas. Según fuentes municipales, se han encontrado antiguos pavimentos hasta una profundidad cercana al metro, con diferentes estratos que constatan la evolución de la ciudad en los últimos dos siglos y medio.

Los más antiguos pertenecen al Carrer de les Fonts, cuyo trazado cruza María Cristina casi en perpendicular. Se trata de un pavimento de piedra de finales del siglo XVIII o principios del XIX, muy bien conservado y con un imbornal que aporta información sobre el alcantarillado de la época.

También ha salido el adoquinado de rodeno de principios del siglo pasado, un pavimento que se habría instalado en los años veinte al reordenarse la actual Plaza del Ayuntamiento eliminando el convento de Sant Francesc para hacer la plaza de Emilio Castelar. Estos pavimentos habrían acompañado a la conocida «tortada» de Goerlich, que es una de las versiones más destacadas de la principal plaza municipal.

Ahora, la idea de los arqueólogos es documentar todo el material encontrado y taparlo, aunque algunas de las muestras más valiosas se sacarán y se conservarán en dependencias municipales como muestras de la historia reciente de la ciudad.

Las obras de canalización, en cualquier caso, tienen una segunda fase hasta la Plaza del Mercat y no se descartan nuevos hallazgos.

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