Francisco Roca Pallardó, el bombero republicano que salvó a la venerada imagen de la Mare de Déu de ser destruida por un pavoroso incendio ocurrido entre el 21 y el 23 de julio de 1936, en la catedral de València, tendrá una calle en la capital valenciana y será la primera víctima del Franquismo que recibirá un homenaje institucional del Ayuntamiento del cap-i-casal el próximo 31 de octubre. Así lo ha confirmado a Levante-EMV el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano, que ya ha iniciado el procedimiento administrativo para que se le dedique una vía pública en reconocimiento al valor de este hombre que puso por delante de su ideología republicana sus valores y su sentido del deber.

«La democracia española debe ir superando etapas -señala Aarón Cano- para avanzar con mayor fortaleza, debemos reconciliarnos con nuestro pasado, para ello proponemos que se le ponga el nombre de una calle de nuestra ciudad al Bombero Francisco Roca Pallardó, que de alguna manera restituya su nombre y la acción que realizó, que en definitiva, vino a salvar una pieza fundamental no solo del patrimonio cultural valenciano sino de la identidad de buena parte del pueblo valenciano».

Como recuerda el concejal de bomberos, a pesar de su buena acción y aunque le salvó la vida a varios compañeros, «fue condenado al destierro y a la pérdida de su trabajo como bombero del Ayuntamiento de València».

Junto a la dedicatoria de esta calle, el munícipe socialista anuncia que Roca Pallardó tendrá «el homenaje correspondiente el próximo 31 de octubre, como día de homenaje a las víctimas de la dictadura franquista, fecha de homenaje oficial que fue aprobada por el pleno del Ayuntamiento». «Esperamos -subraya Cano- que a este debido homenaje se sumen los partidos de la oposición, aunque no apoyaron la moción impulsora que decretaba este día como día de homenaje a los represaliados por la dictadura franquista».

Para el concejal de Protección Ciudadana, «la historia personal de Roca Pallardó es la historia de una injusticia de miles de personas que llevamos arrastrando desde hace décadas». En esta ocasión, «queremos restituir su memoria y la pena que tuvo que soportar por sus ideas políticas, a pesar incluso de haber salvado la imagen de la Geperudeta del fuego».

El regidor subraya que el bombero valenciano logró «salvar importante patrimonio artístico de la catedral», pero fue «condenado a destierro y apartado de su trabajo». «Esta historia viene a desmontar -comenta Cano- muchos de los prejuicios que determinadas partes de la sociedad mantienen con la República y por extensión con la dictadura franquista».

Para terminar, el edil de Policía Local y Bomberos señala que el Franquismo «ejerció una fuerza represora brutal» pese a que aún quedan «dentro de la sociedad española, negacionistas de esta represión, personas que piensan que nada de esto sucedió y en el mejor de los casos admiten estos hechos, pero establecen una suerte de falsa equidistancia entre la República y el Franquismo», concluye.

Cano ha remitido una nota interior a la concejala de Cultura Glòria Tello para que se inicie el proceso que debe terminar con la dedicatoria de esta calle para el bombero represaliado. Ya hace más de un año, justo antes del confinamiento, la delegación de Bomberos entregó una placa conmemorativa a la familia de Roca Pallardó en un emotivo pero sencillo acto que puso en valor la figura de esta persona que cada vez será más conocida y reconocida por los valencianos.

Y hace solo unas semanas el Gobierno de España, en concreto la vicepresidenta Carmen Calvo, notificó la Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal a la familia de Francisco Roca Pallardó como el bombero valenciano que participó en la salvación de la venerada imagen de la Mare de Déu y de sus joyas en el terrible incendio del 21 de julio de 1936 en la catedral, la basílica y el Palacio Arzobispal. La también ministra de Memoria Histórica expidió un título honorífico en favor de este hombre, que puso en peligro su vida para rescatar la histórica talla del siglo XV y a 5 compañeros, que se habían quedado atrapados entre las llamas en el Palacio Arzobispal.