La organización Esperanza Obrera, que tiene ocupadas unas viejas dependencias de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas en la calle Colón, número 80, realizó ayer un nuevo reparto de comida entre familias necesitadas, consolidando así una actividad que se mueve entre la ilegalidad y la acción social.

Según informó la organización, que ocupó este edificio después de ser desalojada de la antigua sede de Unicaja en la calle Pintor Sorolla, trescientas familias acudieron a este nueva convocatoria, unas largas «colas del hambre» que atribuyen a la política desarrollada por el gobierno de PSOE y Podemos.

El centro de sus iras, en cualquier caso, es la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, de Compromís, a quien acusan de permitir su desalojo del anterior edificio de Pintor Sorolla sin solucionar tampoco la situación de las familias que vivían allí. Es más, aseguran que ahora pretende denunciarlos por la vía penal pidiendo prisión para las familias que viven dentro, en las que hay sintechos y discapacitados.

A la convocatoria de ayer acudieron decenas de familias que formaron largas colas en la calle Colón ante la sorpresa de los viandantes y la presencia de un importante dispositivo de seguridad.

Esta actividad ya se había llevado a cabo antes en el edificio ocupado de Unicaja e incluso el día que fueron desalojados del mismo, pues la policía les permitió repartir los alimentos que tenían almacenados en el interior.