El sarcófago de Vicente Blasco Ibáñez ya preside el vestíbulo del Cementerio General. A partir de ahora queda a libre visita de todo aquel que acuda al camposanto principal de la ciudad.

La obra de Mariano Benlliure ha sido destapada en presencia del alcalde Joan Ribó y los concejales de Patrimonio y Cementerios, Gloria Tello y Alejandro Ramon. La inauguración oficial del cenotafio se ha hecho coincidir con el Día del Libro. «Podíamos haberlo hecho el 14 de abril, pero éste también es un día que representa perfectamente a Blasco Ibáñez». Además ha hecho un reconocimiento a su figura «que, por su republicanismo, estuvo silenciada y escondida en la dictadura, pero también después porque su visión laica no iba bien con otros periodos», en alusión a los primeros años de la Transición.

La obra cincelada tiene bajorrelieves con personajes y nombres de las novelas de Blasco y en la parte superior se vislumbra su figura de cuerpo presente. Porque, según el proyecto de mausoleo que nunca llegó a materializarse, esta obra debía verse desde arriba. Se ha recordado en la inauguración que la caja no está pensada para introducir en la misma el ataúd del novelista (no cabe, literalmente), sino que la sepultura habría estado debajo, en cripta. La obra está compuesta por la escultura de metal, apoyada sobre un pie de mármol. Y éste, a su vez, sobre un pedestal de nueva creación, copia prácticamente similar a la que tuvo el original.

No es la obra más significativa de Benlliure en arte funerario, honor éste que corresponde al mausoleo completo de Joselito en el cementerio de San Fernando de Sevilla. El proyecto para el novelista era mucho más ambicioso, con la participación de Javier Goerlich, pero se quedó en el camino.

Ribó: «No es cualquier cosa»

Ribó no escatimó elogios hacia Blasco, mientras al fondo se escuchaba algún grito de «¡Viva la República!». Recordó el acontecimiento que supuso la llegada de su cuerpo a la ciudad. «Porque lo recibió el presidente de la República, que no era cualquier cosa, y se calcula que le acompañaron trescientas mil personas, que no es cualquier cosa. Pocas veces un acontecimiento en la ciudad ha reunido a tanta gente, si es que lo hay».

Y también por ello elogió su republicanismo, incidiendo en que «hace cien años, València era la única capital con mayoría republicana, lo que suponía estar en permanente conflicto con la monarquía».

Finalmente ha calificado la recepción de la obra como «un pequeño gesto», que «devuelve a la obra a donde debe estar».

Un atril informará en valenciano, castellano, inglés, francés e italiano sobre la obra. Un código QR remitirá a los usuarios a la web «Cultural València», donde se ha creado una sección llamada «Patrimonio para el recuerdo», que se estrena con la información sobre el sarcófago de Blasco Ibáñez.