Un siglo después de su nacimiento, el barrio chino de Velluters, punto neurálgico de la prostitución en València, asiste a un declive general que hace pensar a los investigadores de la Policía Local que su final está próximo, al menos como lo hemos conocido hasta ahora. Según datos recopilados por Unidad de Policía Local de Ciutat Vella, en los últimos 15 años se ha pasado de 21 pisos donde se ejercía la prostitución a tan solo tres. Y de los 11 bares que había en las calles Viana, Balmes o Escolano tan solo queda uno. Es más, esos tres pisos en los que se ejerce la prostitución están ya bajo la lupa de las fuerzas de seguridad o directamente inmersos en un expediente que puede suponer su cierre definitivo.

Aspecto de la calle Viana en 2009. levante-emv José parrilla. valència

Para llegar a este punto han sido muchos los factores que lo han propiciado, pero últimamente se ha trabajado en una fórmula que ha sido ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) y que ya ha servido para cerrar dos supuestos lupanares en el número 11 de la calle Viana.

Según fuentes policiales, cerrar estos pisos por ser lugares de prostitución es muy complicado, primero porque no hay una legislación al respecto y segundo porque demostrar el pago de servicios resulta casi imposible. Sin embargo, sí se puede comprobar que existe una actividad que entraría en lo que se denomina alquiler de corta estancia, algo similar al caso de los apartamentos turísticos. Y si esa actividad no está debidamente regulada, puede abrirse un expediente y decretar, si así procede, el cierre del local.

A esto es a lo que le ha dado cobertura la Justicia y esa es la vía en la que está trabajando la Policía Local. «Cualquier edificio tiene que tener una calificación como residencial, terciario, etc, y si un piso cambia de actividad debe comunicarlo. Si no se ha comunicado nada y se está ejerciendo una actividad comercial en esa vivienda o local, como por ejemplo alquilar habitaciones, se está cometiendo una ilegalidad», explicaron las fuentes.

«Nuestra postura es clara: la abolición de la prostitución», aseguró el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano. «La prostitución no es más que un elemento de explotación y de esclavitud que sufren las mujeres y que debe ser erradicada».

«La prostitución no puede ser una actividad reglada, no es un desempeño profesional, es una situación de explotación», reiteró Cano, que aseguró que utilizarán todas las herramientas y todas las vías administrativas para combatirla. «No podemos luchar contra la prostitución desde el punto de vista legal, pero sí una lucha administrativa que está dando muy buenos resultados», dijo el concejal, que ha ofrecido su «método» a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para que pueda aplicarse en todo el territorio español.