“Tiene Valencia un hospital/ adonde los frenéticos se curan/ con gran limpieza y celo cuidadoso/” (Lope de Vega. “Los locos de Valencia”)

 

Centrados demasiado o exclusivamente en la imagen y advocación de la Virgen de los Desamparados y obnubilados por su potente fuerza de atracción muchas veces se olvida la finalidad para la que fue creada, inventada, por los valencianos del siglo XV, primera y principalmente para proteger y tutelar el Hospital de Locos, Spital de Ignoscens, Folls, Orats e Furiosos,  una obra social y solidaria, caritativa, que los valencianos construyeron y mantuvieron con sus limosnas y colectas. Fue por lo tanto una advocación muy avanzada para su época, que estuvo a punto de perderse y olvidarse. Sería el P. Emilio Aparicio Olmos, el gran capellán de todos los tiempos de la Virgen,  en los años 60 el pasado siglo,  quien daría la alarma del abandono de este aspecto fundacional de la Cofradía, recuperado recientemente con la creación de la Fundación Maides y sus viviendas tuteladas para enfermos mentales.

La antigua entrada al hospital

Lo originario del Hospital de Santa María de los Inocentes fue considerar a los enfermos mentales como seres humanos sumidos en una auténtica desgracia, a los locos como unos enfermos más. Curaba más el que trato que se le dispensaba que las medinas de la época. La Loable Confraria de Nostra Dona Sancta Maria dels Ignoscens en uno de sus informes al Rey manifestaba que en el Hospital a su cargo eran ingresados, acogidos y mantenidos “todos aquellos cristianos furiosos, locos y que no dan muestras de inteligencia, procedentes de partes muy diversas y admitidos en gran número y variedad de locuras: muchos, por la gracia de Dios confortados y tenidos con sosiego en el dicho Hospital, han recobrado la claridad de inteligencia y otros experimentado notable mejoría”.

Sala de enfermos del hospital

Procuraron que aquel lugar, en medio de un jardín, fuera tranquilo y apacible. La tranquilidad y el reposo son una buena terapia para cualquier enfermedad, sobre todo las mentales. El Hospital era monográfico, sólo para Ignoscens, Folls e Orats, dedicado exclusivamente a enfermos mentales, de inspiración religiosa, cristiana, pero dirigida por médicos, y amparado por la Magna Mater, como correspondía en una sociedad teocéntrica tardomedieval.

El funcionamiento de aquel centro psiquiátrico especializado llamó pronto la atención a propios y extraños. Adquirió buena fama. Había cambiado la forma de tratar a los enfermos locos y furiosos, de lanzarlos al mar desde un barco y resolver así los casos más furiosos, a tratarlos con cariño y respeto. Tenían sus talleres ocupacionales y se les enseñaba a vivir en sociedad, en la misma que en sus casas les ataba con cuerdas y cadenas para que no molestaran a nadie.

Los locos de Valencia

A Lope de Vega, en 1589 vivió un tiempo en Valencia, a su regreso de su aventura en la Armada Invencible le sorprendió aquella realidad, en la que había estado como médico el propio Jaume Roig, médico y escritor clásico de la Lengua Valenciana, aplicando sus recetas naturistas. Le sirvió conocer el hospital para centrar allí su obra “Los locos de Valencia”: “Tiene Valencia un hospital/ adonde los frenéticos se curan/ con gran limpieza y celo cuidadoso”/.

La obra de Lope de Vega

La obra de Lope de Vega

Floriano, aragonés, tras haber dado muerte al príncipe Reinero, hijo del rey, huye y aparece por Valencia, alojándose en casa de su amigo Valerio, quien le aconseja se haga pasar por loco y le encierren en el hospital. Erífila llega a Valencia, acompañada de Leonato, criado de su padre, de cuya casa huye para no casarse contra su gusto. Leonato le roba y la deja desnuda cerca del hospital de locos donde la conducen creyéndola demente. De esta manera comienza la comedia de Lope de Vega. Uno de los intérpretes del enredo amoroso dice: “Esta, Erifila, es Valencia,/ la puerta es esta de Cuarte,/ aquí dio Venus y Marte/ una divina influencia./ Estos son sus altos muros,/ y aqueste el Turia, que al mar/ le paga en agua de azar/ tributo en cristales puros./ Aqués es el Sacro Seo,/ y éste es el sacro Micalete”.

En el nutrido archivo histórico de la Cofradía de la Virgen, hoy depositado para su digitalización en la Biblioteca Valenciana, hay numerosos documentos de los primeros años de la andadura del Hospital, también en el Archivo Histórico de la Diputación de Valencia, a partir de los cuales se puede reconstruir fácilmente de forma minuciosa su historia primitiva.

Una estancia del sanatorio

Aquella realidad terminó desapareciendo por intervención de la política y los políticos que quisieron unificar todos los hospitales existentes en la ciudad proceso que se alcanzó en 1512, aunque reconociendo un cierto grado de autonomía para el Spital dels Folls.

La Cofradía de la Virgen, a la par que el Hospital, se preocupaba –tenía la concesión o Privilegio Real- de preparar a los condenados a muerte a afrontar el trágico momento –a cargo de los Hermanos Consoladores- y luego a enterrarlos, sepelios en que se portaba la imagen yacente sobre sus féretros de la Virgen de los Desamparados. Había un doble cementerio junto al Carraixet, uno para pobres abandonados y otro para ajusticiados creados por el Consell de la Ciutat en 1400.

A la par, la Cofradía de la Virgen practicaba otras obras de caridad y misericordia. Enterrar a náufragos y cadáveres abandonados o judiciales, rescatar a les “fembres del partit”, mujeres dedicadas a la prostitución, preocuparse por las jóvenes huérfanas y vírgenes, … además de preocuparse por el bien espiritual y las necesidades materiales de sus cofrades.