La plaza del Ayuntamiento contará con un monolito dedicado al Movimiento 15-M o a los movimientos sociales en general, según debaten en la actualidad los socios de Gobierno. Si se lleva a efecto esta iniciativa, auspiciada por el equipo de gobierno a través de la concejalía de Patrimonio, se convertirá en un hito dentro de la lista de elementos que existen en la plaza de todos los valencianos.

La iniciativa fue desvelada por el portavoz del Grupo Municipal Ciudadanos, Fernando Giner, quien puso objeciones a la misma por no haberse consensuado, además de poner en duda la acción por considerarla una «politización de la plaza».

Hitos y monolitos de la plaza

Hitos y monolitos de la plaza moisés domínguez. valència

El Movimiento 15 M es una acción ciudadana surgida en mayo de 2011 en diferentes ciudades de España como consecuencia del agotamiento del modelo bipartidista y que ha dejado como rastro una serie de colectivos ciudadanos y partidos políticos. En el «cap i casal» está considerado, además, un punto de inflexión que generaría, cuatro años después, el cambio en el gobierno municipal.

Hitos y monolitos de la plaza

Ahora, la pregunta es: ¿qué elementos decorativos, informativos o conmemorativos existen en la plaza municipal? Más bien pocos. Si se incorpora ese monolito pasará a formar parte de una escasa lista con otro hito similar, dos placas en el suelo, dos en las paredes y una escultura.

La fachada principal del Ayuntamiento ya dispone de un monolito. Es uno de los que forman parte de la serie «València en la Memòria», que recuerdan hechos relacionados con la Guerra Civil. En éste se recuerda que la Casa de la Vila fue sede no sólo del gobierno municipal, sino del Congreso de los Diputados, así como del Congreso Internacional de Escritores por la Defensa de la Cultura, además de haber albergado un refugio antiaéreo y ser víctima del impacto de proyectiles. A su lado hay dos de los marcos para los bandos municipales.

En la confluencia con la calle San Vicente hay una placa en fachada, otra en el suelo y un monolito que recuerdan que ese lugar exactamente es el llamado «Kilómetro Cero» del Valencia CF; es decir, el Bar Torino. El pedestal del monolito-atril está en más que discreto estado, al habérsele pegado todo tipo de pegatinas.

Al otro lado de la plaza encontraríamos tan sólo una placa en el suelo, en la puerta del Ateneo Mercantil, con el escudo de dicha entidad. Y hay que desplazarse ya hasta la fachada del edificio de correos para encontrar la placa de piedra dedicada al presidente José Canalejas, colocada en 1930 para reconocer la iniciativa de éste, veinte años antes, para conceder el antiguo asilo para la construcción (interminable) del edificio postal.

Pocas placas, muchas trapas

Ni en las fachadas ni en el suelo hay ningún otro elemento conmemorativo, más allá de la innumerable cantidad de trapas de los servicios de agua, gas, etcétera, que llenan de cuadrados metálicos, por centenares, la totalidad de la plaza.

Monumentos tan sólo hay uno: la estatua de VInatea, aquella que fue colocada en el año 1993, ocupando el espacio en el que estuvo la ecuestre de Francisco Franco. A lo que habría que añadir, en todo caso, las estatuas a gran altura de La Equitativa o el león de Generali de los edificios colindantes. Pero a ras de suelo, el equipamiento se completa con la fuente.

Luego están los hitos efímeros. En la actualidad están la cuenta atrás del Eurobasket y la escultura «Tornarem», junto con la pintada en el suelo, que recuerdan que, en algún momento, regresará a la ciudad la fiesta de las Fallas. Como efímeros son los elementos de «street art» que se pueden ver en la fachada del Rialto.

Entre la estatua de Vinatea y la fuente, en un pequeño pasaje, se arraciman uno, dos y hasta tres elementos suplementarios: una estación medidora de contaminación atmosférica, un medidor de covid-19 y un dispensador de agua potable.