Llegó la noche más delicada y se superó con nota. El primer sábado noche con un toque de queda más laxo podía hacer pensar que se iban a vivir escenas tan delicadas como se han visto en otras ciudades del país sin horario restringido. Si bien es cierto que la Comunitat Valenciana ha mantenido las restricciones en lo que respecta a la movilidad nocturna, el hecho de que las cenas y las reuniones sociales se puedan alargar hasta las 00.00 horas no dejaba de resultan inquietante.

Sin embargo, según han informado fuentes policiales a Levante-EMV, parece que los valencianos y turistas fueron bastante respetuosos y no tuvo lugar ninguna situación de botellón descontrolado en la ciudad.

La presencia policial por las calles fue constante al filo de la medianoche. Y los agentes fueron testigos de una contradicción que se produjo en el centro de la ciudad. Escasa presencia de taxis libres, autobuses de la EMT completos y un servicio de metro prácticamente inexistente en las horas límites en las que, como Cenicienta, los vecinos deben retirarse a sus casas.

Las zonas de reunión habituales que amargan al vecindario

El desmadre no hizo acto de presencia en València pero la estampa no podía ser perfecta. En la ciudad existen algunas zonas habituales en el mapa del ocio nocturno.

Russafa, Benimaclet, Honduras o la zona del Puerto de València se han convertido en el punto de reunión en el que alternar. Si bien el sector hostelero ha encontrado un respiro en el retraso de la hora del toque de queda, los vecinos vuelven a sufrir los sobresaltos pertinentes.

Noche del viernes en la Plaza de Honduras

Noche del viernes en la Plaza de Honduras

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Este es el caso de una residente de la zona de la Plaza de Honduras que de nuevo ha visto como su zona se ha llenado de jóvenes que están haciendo la vida imposible a los residentes. No es extraño que las fincas amanezcan con destrozos. "Cuando viene la policía se meten en las fincas destrozándolo todo", explica esta vecina que desea guardar su anonimato. Puertas rotas, extintores desperdigados por el edificio... "los botellones son muchos y constantes" y si, durante la pandemia estos desaparecieron de la vida de los vecinos, han vuelto de nuevo con el fin del estado de alarma.

Patio interior de un edificio en el que se abrieron los extintores en una noche de fiesta

Patio interior de un edificio en el que se abrieron los extintores en una noche de fiesta Levante-EMV