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Las obras del Arena València reutilizarán el agua equivalente a 700 piscinas para regar la huerta

La construcción del pabellón solventará los problemas de suministro de los labradores durante 17 meses

Los trabajos del futuro pabellón Casal España Arena de València marchan a muy buen ritmo. | GERMÁN CABALLERO

La construcción del pabellón Casal España Arena de València, que impulsa la sociedad Licampa 1617 SL del empresario Juan Roig, va a permitir extraer hasta 700 piscinas olímpicas de agua que serán reutilizadas para el riego de la zona de huerta protegida del sur de València, durante los 15 a 17 meses que se estima que se van a desarrollar estas obras.

El agua es conducida hasta una balsa para luego pasar al colector general. levante-emv | LEVANTE-EMV

En estos momentos, se está llevando a cabo la excavación de los futuros cimientos del complejo multiusos, que se ubica en una parcela de 21.500 metros cuadrados en las calles Ángel Villena, Bomber Ramon Duart y Antonio Ferrandis. Este terreno es muy rico en «agua limpia y de gran calidad», explica la concejala del Ciclo Integral del Agua Elisa Valía, de ahí que se vaya a redireccionar para aprovecharla en usos agrícolas.

La concejala Elisa Valía visitó la obra y departió con los técnicos de Licampa 1617, SL.

La colaboración del Ciclo Integral del Agua y de Licampa 1617 SL permitirá conducir estos recursos hídricos a la red municipal de acequias para el riego de Francs, Marjals i Extremals en la zona de huertas de la Font d’En Corts y de la Font de Sant Lluís, donde los agricultores sufren graves problemas de abastecimiento, desde hace ya tiempo. Actualmente, en el foso de cimentación en construcción, está brotando agua a razón de 80 m3 la hora, lo que significa que cada día se podría llenar una piscina olímpica, con esos recursos hídricos. A lo largo de los entre 15 y 17 meses que se prevé que durarán las obras, se llegará a duplicar ese caudal, por tanto se colmarían hasta 2 piscinas diarias.

En la Concejalía del Ciclo Integral, relata Elisa Valía «trabajamos bajo una premisa fundamental: el agua no es un residuo ni un vertido que tenga que acabar en la red de saneamiento o en la depuradora, sino un recurso que hay que reutilizar, en este caso para el riego de la huerta, y también para el reinfiltrado del subsuelo y su devolución al acuífero natural».

Para ello, se utilizará un tramo pequeño del colector de la red de alcantarillado que se desplazará de forma temporal mientras se desarrollen las referidas obras y que conducirá estos excedentes a la acequia del Pont de l’Agulla, Faviana y Font d’En Corts, que recibirán el agua del nivel freático. Una ventaja que ofrece esta actuación es que supone un trayecto corto ya que tan solo hay que salvar la avenida Antonio Ferrandis.

Antes de acometer las obras, explica la regidora, la empresa promotora-constructora «tiene que pedir una autorización de vertido y en el Ciclo Integral lo que hacemos es llevar a cabo un estudio pormenorizado tendente a aprovechar el máximo posible de agua». «Aquí -subraya- propusimos que no se pagara la tasa de vertido a cambio de que ayudasen a reutilizar estos recursos hídricos». De hecho, se han instalado unas bombas freáticas en el fondo, donde está el futuro sótano de la edificación, que impulsan el agua hacia una balsa. Desde ahí, se saca de la parcela del complejo multiusos para conducirla por uno de los colectores de la red que se ha desviado durante el tiempo que dure la obra y se derivará a las acequias para el riego.

Dado el importante caudal que está saliendo a la superficie, está previsto que el agua que sea excedentaria para el riego, se reinfiltrará de nuevo al nivel freático para su utilización en la red de agua en baja para el baldeo de las calles.

Todo el proyecto está altamente monitorizado y parte de esa red de control, que incluye instrumentación colocada con motivo de la obra, se quedará de manera permanente y será de gran utilidad para la vigilancia del sistema, indican fuentes del departamento. Por otro lado, la coordinación entre el Ciclo Integral y la empresa constructora también va a permitir que la extracción del subsuelo «sea no agresiva», apunta Elisa Valía. «Para ello, vamos a instalar unos piezómetros que nos aportan una serie de parámetros relacionados con la humedad y otras características del nivel freático», añade.

Esta práctica de reutilizar los recursos hídricos que brotan en las construcciones en marcha en distintos puntos de la capital valenciana, se ha aplicado ya en otras edificaciones sin embargo no se ha podido reutilizar tanta agua. Es el caso del PAI de Turianova, a espaldas del hospital La Fe, que bombeaba a la acequia de Favara, pero «no se extrajo tanta agua como se esperaba y hubo pérdidas por ser un trayecto largo», explica Valía. En definitiva, la reutilización de estas 700 piscinas olímpicas suponen una gran noticia para los labradores que trabajan la huerta tradicional y protegida.

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