Fue desafortunado. El alcalde Joan Ribó le afeó a la lideresa popular María José Català que desapareciera del hemiciclo preguntándole si se había ido a Torrent. La concejala le recordó que al estar embarazada no puede pasar muchas horas sentada, por lo que se había levantado de su sitio. Català, además, le replicó a Ribó que él se va a Canet y Nàquera y nadie se lo recrimina.