El Instituto Francés de València anunció ayer que la entidad se concentrará en sus «misiones prioritarias» de cooperación educativa, cultural y universitaria, y organización de certificaciones de francés (DELF, DALF, TCF) pero no seguirá ofreciendo clases de francés. Así lo indicó en un comunicado después de que el pasado viernes la plataforma Salvem IFV, que reúne a los trabajadores del centro, informara del anuncio oficial a la plantilla de su intención de cerrar el 30 de junio la sede de la calle Moro Zeid, con el despido el mismo día de 25 personas de un total de 28 y el desalojo del edificio.

En el comunicado, el Instituto Francés señala que la «reorganización» entrará en vigor a principios de septiembre con el objetivo de «reforzar y desarrollar las relaciones del Institut Français con las autoridades locales, la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento de València y todas las instituciones públicas y privadas de la Comunidad Valenciana que trabajan con Francia: museos, centros de arte, teatros, festivales, universidades, escuelas, librerías, medios de comunicación...».

Según explica, la actividad del Institut como centro de enseñanza de francés había decaído «fuertemente» estos últimos años, «y esto hacía necesaria la búsqueda de nuevas modalidades de acción, más adaptadas al contexto y a los nuevos retos».

La entidad señala que se trata «de una decisión difícil, que impacta tanto al personal del Institut como a nuestros alumnos, y que lamentamos sinceramente». No obstante, asegura que «no se va de Valencia» y afirma estar «más decididos que nunca a seguir trabajando en cooperación con nuestros amigos y socios valencianos, sobre todo para consolidar el papel que desempeña el francés en la Comunidad Valenciana, ya sea a nivel escolar o universitario, y continuar organizando los exámenes de certificación».

Cuando se hizo público el anuncio del cierre, instituciones como el Consell Valencià de Cultura o el alcalde de València, Joan Ribó, se dirigieron por carta al presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, para solicitarle que «reconsidere» la decisión, ya que alababan la «intensa tarea de difusión de la cultura francesa que venía realizando».