Nueva sorpresa arqueológica en las obras de renovación de servicios previas a la peatonalización del entorno de Brujas y el Mercat. En las zanjas de las canalizaciones de la empresa Iberdrola, quedó al descubierto el pasado miércoles un refugio antiaéreo de la Guerra Civil. La construcción, de la que se ha podido documentar la entrada porque el interior está colmatado con escombros, se ha localizado concretamente en la calle Taula de Canvis, junto a la Lonja y frente a los Santos Juanes.

Se trata de un hallazgo inesperado no previsto en el estudio arqueológico previo, según explica la arqueóloga directora de estas excavaciones, Marisa Serrano.

El arquitecto y académico de San Carlos, Francisco Taberner, uno de los principales expertos en los refugios de la guerra, apunta que por su ubicación y la alineación de la calle Taula de Canvis la construcción debió estar debajo de una de las casas derribadas con la nueva alineación de los años 60-70 del siglo pasado.

Taberner, que ha investigado y publicado varios estudios sobre los refugios y ha documentado 300, cree que este refugio podría pertenecer a una vivienda. «Hay refugios que se excavaron por los propios vecinos, a pico y pala, para protegerse». Algunos particulares incluso fueron sancionados por los funcionarios municipales, en plena contienda, por construirlos sin licencia.

València fue muy castigada por los bombardeos, especialmente el puerto y los barrios del Marítimo, donde paradójicamente se han documentado pocos refugios colectivos. Para proteger a la población se puso en marcha un plan de construcción de refugios, algunos de los cuales han llegado hasta hoy. València acaba de ser reconocida con una Mención Especial por el jurado de los premios Europa Nostra por la recuperación de los refugios de Serranos, Massarrojos y la plaza del Ayuntamiento.

Centro histórico

El centro histórico fue uno de los distritos donde más refugios se hicieron. Además del refugio del Instituto Luis Vives,uno de los más grandes conocidos, se han localizado subterráneo debajo de las oficinas de la estación del Norte, donde se construyó un gran tubo de cien metros con tres entradas. El propio Mercado Centra, ubicado a pocos metros del que ha aparecido en Taula de Canvis, tiene un refugio y también casi todos los colegios, uno de los más interesantes el que tenía el colegio San Vicente, en la calle Lauria. «Era enorme, con seis bóvedas». Para Taberner las recuperaciones de los refugios que se han hecho no reflejan en muchos casos el dramatismo, «se deja todo demasiado bonito». El de Taula de Canvis se ha cubierto con una malla textil y arena y se ha tapado.