El parque Gulliver ha cumplido esta semana un mes cerrado desde que el mismo día de su reapertura -había estado más de un año sin actividad por la pandemia- se volviera a clausurar por la alergia que parecía provocar su pintura y está a la espera del informe encargado por el Ayuntamiento de València para saber las causas.

El emblemático parque ubicado en el jardín del Túria cerró sus toboganes el 20 de marzo de 2020, y el pasado día 3 de mayo reabría sus instalaciones tras mejorar la situación epidemiológica y haber subsanado algunos desperfectos menores, añadido piedras para amortiguar las caídas e intervenido el jardín con siega y poda.

Así lo explicó el vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, Sergi Camillo, que recordó que el parque está pendiente de una restauración completa y que la adjudicataria de la licitación ya redacta el proyecto que determinará el coste final aunque se ha estimado, en principio, en un millón de euros.

Un gigante "rompepantalones" de más de 30 años

Situado en el tramo XII del Jardín del Turia, este parque infantil es un referente de la ciudad y una atracción para el turismo familiar desde hace 30 años. Fue encargado por el Ayuntamiento en 1990 al arquitecto Rafael Rivera y al artista fallero Manolo Martín.

Se trata de una enorme figura de 70 metros que representa a Guilliver, el protagonista de una de las obras del escritor irlandés Jonathan Swift, un gigante sobre el cual los niños y adultos pueden jugar y deslizarse a la manera de los liliputienses de la obra.

Consta de una estructura vacía revestida de materiales blandos que forman sobre ella diferentes zonas de juego: toboganes, escalas y pasarelas, y que según apuntó el propio Campillo tenía "fama de romper algunos pantalones".

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Así fueron las obras del parque Gulliver en València M. Molines, H. Khalis, J. Aleixandre

Reapertura fallida

El 20 de marzo de 2020, en pleno estado de alarma, se cerró por las restricciones pero tras el inicio de la desescalada el pasado febrero, que llevó a reabrir los parques infantiles de la ciudad, el Ayuntamiento decidió también devolver la actividad a los toboganes del Gulliver, dotado con un plan de contingencia ante la covid-19.

Sin embargo, pocas horas después de su reinaguración fue cerrado al público tras las quejas de ciudadanos por las alergias, rasguños y picores que al parecer provocaba la pintura del tobogán entre los niños y niñas usuarias.

La reapertura contaba con el aval de los informes técnicos de los ingenieros del Organismo Autónomo de Parques y Jardines Singulares, encargado de su mantenimiento, tras revisar la estructura y haber reparado algunos desperfectos menores, entre otros, añadir piedra para amortiguar caídas.

Ante estas incidencias, se ordenó su cierre inmediato "por prudencia" y Campillo reiteró al día siguiente sus disculpas y anunció que el Ayuntamiento había ordenado una investigación y contratado a una empresa especializada externa para averiguar las causas que provocaron alergias en la piel a los niños.

El Gulliver sigue cerrado a la espera de las conclusiones de este informe ya que según apuntó el concejal, hasta que no se dispusiera de dicho estudio, el parque quedaría cerrado por prudencia.

El parque siempre había generado problemas como rasguños, rotura de pantalones o quemaduras y por ello tiene una enfermería durante el tiempo de apertura, pero la situación de las alergias fue "demasiado generalizada", según Campillo, y se optó por el cierre.

Remodelación integral

La rehabilitación integral prevista, que sigue en redacción del proyecto y cuya obra se espera licitar este año, incluye una mejora del acceso al parque y de la zona del merendero, que cumplirá su función de espacio lúdico para actividades colectivas y a la vez, actuará de antesala del Gulliver.

Mientras, el Ayuntamiento de València licitará de nuevo la remodelación de los accesos al parque Gulliver por un importe máximo de 118.201,57 euros con IVA. La obra fue licitada el pasado noviembre pero quedó desierta y se vuelve a sacar con el ajuste al alza del presupuesto, según contó el consistorio.

Con esa actuación se sustituirá el pavimento de adoquines que actualmente se encuentra levantado, se remodelarán los accesos, se colocarán contadores electrónicos en vez de los tornos y se construirán nuevos recintos para albergar de manera segura las máquinas dispensadoras de alimentos.