Fue sorprendente encontrar una cara conocida en la foto del artículo Un obispo viudo impulsó la coronación de la Virgen de los Desamparados de Baltasar Bueno en este periódico. Ahí estaba mi bisabuelo, Enrique Cardona Alcaraz, miembro de la Asamblea Magna de Caballeros. Ostentar el cargo de concejal en el Ayuntamiento de València fue el billete para la ‘magna’ reunión. Un cargo que ocupó desde abril de 1922 hasta septiembre de 1923, como mellista de la Alianza de las Derechas. Pero la política sería una parte de su trayectoria vital.
De niña escuchaba a mi abuela Elisa hablar de la Asociación de la Prensa, de pedir hora al médico de los periodistas, del chalé de los periodistas, de los compañeros del ayuntamiento, o de la espada del tatarabuelo en la Guerra de Cuba. Todo con el bisabuelo Cardona de trasfondo. Estoy en proceso de reconstrucción de la que, a todas luces, fue una vida intensa: periodista, fotógrafo artístico, fotoperiodista ocasional, político, funcionario en el Ayuntamiento de València, presidente de la Asociación de Trabajadores Municipales, líder de una intentona huelguista en el consistorio, letrista del himno al Santísimo Cristo del Sudor de Calp…
Su historia arranca el 19 de octubre de 1870 en València, donde Josefa y Salvador tuvieron a su único hijo, Enrique. La tradición oral familiar habla de su paso fugaz por el Seminario de la Inmaculada. No era lo suyo. Lo deja y prueba con el periodismo, iniciándose en El Regional donde, en 1897, ejerce de redactor jefe. La fecha podría coincidir con el regreso de su padre desde Cuba, aquejado de alguna enfermedad caribeña. Quizás sea la «razón personal» que aduce para despedirse por carta de la redacción.
El 1 de enero de 1899 los periodistas se organizan y nace la Asociación de la Prensa Valenciana (APV), tal como explica la profesora Inma Rius en El periodista, entre la organización y la represión: 1899-1940. Para una historia de la Asociación de la Prensa Valenciana. Cardona no se lo pierde y se apunta como socio fundador. Se casa con Elisa Aura y pronto llega la prole: Elisa, Carlos y Matilde. Él inicia un idilio infinito con la fotografía artística. Publica en Blanco y Negro, Nuevo Mundo, Las Provincias… Sus fotografías acompañan obras de Sanchis Sivera, Tramoyeres Blasco, Sarthou Carreres, González Martí y Elías Tormo, con quien trabará una profunda amistad. Paralelamente, vuelve a una redacción, la del Diario de Valencia (1911-1936), órgano del tradicionalismo y de la Derecha Regional Valenciana (DRV).
Iglesias, tablas antiguas, conjuntos monumentales, o la serie fotográfica sobre el Palau de la Generalitat son objeto de su trabajo. Muchas de estas imágenes están en la Colección Cardona Alcaraz de la Diputación de València, con 459 vidrios adquiridos en 1946 como segundo gran conjunto que da cuerpo al Archivo Iconográfico de la corporación provincial. Pero su legado fotográfico abarca más: el Monasterio de Santo Espíritu, en Gilet, alberga otra colección Cardona Alcaraz que dobla a la anterior con 898 vidrios.
Política y chalés
El periodismo y la fotografía van parejos a su vida política. En 1920 se presenta por los tradicionalistas en el distrito de Audiencia, pero no logra acta de concejal. Al segundo intento, en 1922, lo consigue. Y, entre febrero de 1930 y abril de 1931, vuelve como edil de la DRV.
El proyecto de la Cooperativa de las Casas Baratas de la APV, los famosos ‘chalés de los periodistas’, le ocupa y preocupa entre sus dos etapas de concejal. Cardona será designado miembro de la comisión organizadora, tal como publica el Diario de Valencia. Hay que elegir Junta Directiva de la Cooperativa y el presidente de la APV, José Mª López, lo propone. Pero Cardona no quiere. Su oferta a López es colaborar con las gestiones para adquirir los terrenos sitos entre Los Viveros y la Facultad de Medicina. Y así lo hace. Por fin, el 28 de julio de 1926, con visita de Primo de Rivera, se coloca la primera piedra de la ciudad-jardín que verá crecer los 35 chalés.
Poco antes de la Guerra Civil se marcha a Calp. Allí vive su hija Elisa, casada con el médico Rafael Chirivella Marín, y sus hijos Manolo y Enrique. Es una época convulsa y Cardona teme alguna represalia. No se equivoca. En 1937 el Comité Ejecutivo Popular de València lo acusa de delito político-social por militar en la DRV. A pesar de las circunstancias, el 21 de septiembre de 1937, él disfruta en Calp del nacimiento de su nieto pequeño: Rafael (Fel) Chirivella Cardona, mi padre.
Acaba la Guerra Civil y regresa a València. La APV y la Cooperativa se enfrentan a la depuración franquista. El pasado de Cardona en la DRV es un arma de doble filo: un salvoconducto para pasar la depuración y una condena, como secretario de la Junta Gestora Provisional de la Asociación, a ser juez y parte en la purga a sus colegas.
Todo va rápido. Gobierno Civil designa en 1940 la nueva directiva de la APV. Será vicepresidente de la Asociación hasta 1943 y administrador de la Hoja del Lunes. En la Cooperativa, releva a M. Thous como presidente. Durante una temporada vive en el chalé del número 27 del Paseo València en Mar, hoy Avenida Blasco Ibáñez.
El 5 de diciembre de 1956, con 86 años, Enrique Cardona Alcaraz fallece. Su yerno Rafael pierde un amigo; su nieto Fel, al abuelo. La casualidad quiere que los 3 mueran el mismo día en distintos años… Y todavía quedan muchos hilos de los que tirar.
