Rodrigo de Borja, de la saga de los Borja, sobrino del Papa Calixto III, fue nombrado arzobispo de Valencia en 1458, comenzando la línea de arzobispos de la sede episcopal de Valencia. Se pasó casi todo el tiempo de su episcopado, 34 años, en Roma, en la Corte Pontificia. Por aquí apareció una vez, tras recibir el capelo cardenalicio, desembarcando en El Puig, como era protocolario, para visitar y rezar ante la imagen de la Mare de Déu del Puig, patrona del Reino de Valencia, dirigiéndose posteriormente a Valencia. Corría el año 1472.

Lo primero que hizo fue poner firmes a los canónigos y clerecía de la catedral reglándose obligaciones cultuales y organizativas, luego ordenó hermosear la catedral, afectada aún por un incendio ocurrido en Pascua de Pentecostés de 1459, por la costumbre que se tenía de representar al Espíritu Santo volador sobre un artificio pirotécnico dentro del templo, que fundió y derritió la plata con que estaba hecha la imagen de la Virgen de la Seo y el retablo del altar mayor.

El prelado llegado de la Roma del Renacimiento les ordenó se pusieran a recuperar la bellex gótica del templo. Fruto de la reprimenda, hicieron venir “dos Mestres pintors florentins mollt soptils e aptes en lart de la pintura, per pintar en lo cap de la Seu dels angels e de les altres coses de pintura”. Con Rodrigo de Borja habían viajado pintores como el napolitano Francisco Pagano y el lombardo Pablo de san Locadio, a quienes contrataron. El notal se conserva y en él están las capitulaciones estipuladas,  siendo la primera de ella una en la que ·los dits Mestres prometen, se obliguen pintar al fresch a estall lo cap de la dita Capella dalt absix en la forma seguent, ço es, que pintaran la clau de la dita Capella, lo qual los ha de esser donada de fust e pintarán aquella tan ornadament com ells sabrán fer, e entorn aquella pintarán un tro de Seraphins ornat dor fi molt bell”.

Uno de los ángeles músicos de la Catedral de Valencia

En el documento – que se conserva en el Archivo del Reino- se entra en detalles, “en casqun pany dels canes pintaran dos Angels, ço es vn angel es casqun pany, vestits a voluntta del dit honorable Capitol ab ses ales sembrades dor e de belles colors,… que los crues sien pintats de fullatges ab fuyts dor fi de ducat segons parrá al dit al dit honorable Capitol,… que les finestres sien pintades dor fi de ducat e atzur del qual la darrera ma sia de atzur acre, e tot lo atzur que entrará en tota la pintura de la dita Capella la primera ma sia de de atzur de la alamayna e la darrera de atzur dacre, segons es contenguit en la mostra de la dita Capella”.

Uno de los ángeles músicos de la catedral de Valencia

“En lo enfront davall les finestres –continúa el convenio- sia pintada vna historia e en los altres spays sien pintats los Apostols,… los Capitells dels pilars sien pintats dor de ducat ab sos bells fullatges,… que lo arch fronter la part davall sia pintada ab vn bell fresch de fullatges ornat dor fi,… e los bordons dor fi e lo fronter del arch ab lletres antigues”, se lee en la preciosidad de la Lengua Valenciana del siglo XV. “Los pilars que están en torn 898 de la dita Capella sien pintats de vna vite ab sos fullatges dor fi e atzur e ses colors necessaries”. Y concluye el acuerdo mandato de colores estableciendo que “la derrera ma de atzur que darán en tota la puintura de la dita Capella sia de atzur vltramari ,ço es, dacre..”

A cambio, el Cabildo de la Catedral se comprometía a pagar tres mil ducados en tres veces, además de sanear la zona donde iban los frescos para que se pudiera acometer la obra pictórica que realizarían su trabajo sin abandonarlo ni dejarlo “usque ad complementum”. A los autores les hicieron jurar que cumplirían con todo lo reflejado en el documento, el cual firmó también Rodrigo de Borja.

Una vista general de los frescos

Los canónigos al final no quedaron muy contentos con los frescos y se negaron a pagar parte del dinero estipulado, por lo que acabó el asunto en los tribunales, que contó con peritos y expertos afamados de la época en Valencia, quienes juraron que “era e es estada be e feelment e ab lo compliment que per art de pintura del fresch se deu e pot fer , segons cascuna practica e usança de ytalia e del dit art de pintura al fressch. E per conseguent la dita obra,,, es loable e sens vici e defalliment en quant al obrar”. El gobernador, presidente del Tribunal, les quitó la razón a los canónigos y se la dio a los pintores, por lo que tuvieron que pagar lo convenido.

En la actualidad, el Cabildo de la Catedral va a estudiar por dónde se producen las filtraciones de agua que afectan a los ángeles músicos del siglo XV, que durante mucho tiempo estuvieron ocultos a raíz del revestimiento barroco del gótico de la catedral de Valencia, con el fin de que se sigan conservando los frescos italianos que coronan el altar o capilla mayor del templo catedralicio.