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El PP presiona al ayuntamiento para la apertura de los casales

Los populares exigen a Ribó y Galiana que consulte a las fallas e interceda ante la Conselleria para desbloquear la situación

Los casales siguen teniendo limitada su actividad. | LEVANTE-EMV

El Grupo Municipal Popular ha pedido que el alcalde de València, Joan Ribó, tome las riendas como presidente de la Junta Central Fallera y trabaje para que se dejen abrir los casales. «Pedimos que tome las riendas el alcalde Ribó, como presidente nato de la Junta Central Fallera, y deje de estar ausente como hizo el año pasado cuando se fue a la ópera el día que se decidía que se suspendían las Fallas. Debe defender las reivindicaciones de las Fallas y el concejal Galiana no debe abandonar la mesa de trabajo sin previa autorización de la asamblea de presidentes», dijo el concejal popular Santiago Ballester.

Ballester exige al concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana, como presidente de Junta Central Fallera, que sean los presidentes de falla en una asamblea extraordinaria los que decidan si quieren seguir en la mesa de las fallas o por el contrario abandonarla: «Es incomprensible que el señor Galiana tome una decisión tan importante de forma unilateral y sin contar previamente con el mundo fallero representado en la asamblea de presidentes. Deben ser ellos junto con el resto de colectivos falleros representados en la mesa quienes lo decidan».

«Nuestras Fallas han dado ejemplo más que claro de cómo comportarse en la pandemia y por ello a unos meses de celebrar la fiesta la prohibición de la reapertura de los casales para actividades no tiene ningún sentido», explicó Ballester, quien ha pedido a Galiana que «dé la cara ante la Generalitat y defienda las reivindicaciones de los falleros».

El concejal del PP ha exigido al Gobierno de Ribó y PSOE que inste a la Conselleria de Sanidad «la autorización inmediata de las actividades en los casales y sedes festeras porque es incomprensible que tantas semanas después de una desescalada progresiva en todos los sectores sigan siendo los grandes olvidados, sin poder consumir alimentos o tomar bebidas en sus locales».

«Estamos a menos de tres meses de poder celebrar una semana de fiesta pero los falleros no pueden reunirse en sus sedes más que hasta las 23 horas y para poco más que hacer reuniones o repartir lotería», dijo Ballester, quien añadió que «se les está estigmatizando cuando llevan años y medio sin poder realizar ninguna actividad».

Ballester ha recordado que desde el 10 de marzo de 2020 «los falleros han sido un ejemplo de cómo asumir con responsabilidad las decisiones que anulaban las fallas y que cerraban los casales durante meses. En marzo volvieron a dar un ejemplo de civismo al mundo y ahora no se les quiere autorizar la actividad normal de forma incomprensible», lo que constituye un «agravio comparativo» con otros sectores similares.

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