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El ayuntamiento dejará seguir las terrazas que han bajado a la calzada

El consistorio propondrá un cambio de la ordenanza vigente para regular estas instalaciones, aunque no será una norma general

Terrazas en la calzada, una fórmula no utilizada antes de la pandemia. | F. BUSTAMANTE

El Ayuntamiento de València se ha propuesto mantener más allá de la pandemia las terrazas que se han bajado excepcionalmente a la calzada para favorecer la hostelería en estos tiempos de crisis sanitaria y económica. Así lo han asegurado fuentes municipales, según las cuales en el mes de septiembre se pondrá en marcha el mecanismo para cambiar la ordenanza vigente, previo diálogo y consenso con hosteleros y «sobre todo» con los vecinos.

Una de las medidas que ha perdurado durante toda la pandemia, quizá la más persistente, ha sido la limitación de aforo y la distancia de seguridad dentro y fuera de los locales de hostelería. De ahí que el Ayuntamiento de València decidiera de manera excepcional permitir la ampliación de terrazas y bajar terrazas a la calzada en detrimento de plazas de aparcamiento. Así mismo, se concedieron nuevas licencias por la vía de urgencia, disparando así el número de espacios dedicados a la instalación de mesas y sillas. En total, se han contabilizado 610 ampliaciones de terrazas y 650 nuevas licencias. Y una parte importante de unas y otras se han instalado en la calzada, una medida excepcional que expira en el mes de septiembre, según dijeron las fuentes.

De ahí que el consistorio esté pensando ya qué hacer a partir de esa fecha. Todo parece indicar que si decae la limitación de aforo, las terrazas habituales volverán a su estado anterior, pero las nuevas terrazas o las terrazas ampliadas que se hayan bajado a la calzada podrán seguir allí.

Según las fuentes, no se trata de permitir a partir de ahora que los bares y restaurantes puedan poner mesas y sillas en las plazas de aparcamiento, pues eso generaría un trastorno importante al vecindario, pero sí regular las que ya están en esa situación.

En cualquier caso, todas las decisiones que se tomen en este sentido tendrán que ser dialogada y consensuada con los hosteleros, que son los directamente afectados, y por los vecinos, que siempre se han mostrado reacios a la ampliación de terrazas y a la ocupación de espacio peatonal incluso en los momentos más complicados de la pandemia en términos económicos.

Es más, habrá que valorar las circunstancias concretas de cada barrio, pues la situación no es igual en toda la ciudad.

En última instancia, tendrán que participar en este proceso las concejalías que tengan algo que decir a este respecto.

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