La huerta de Font d’en Corts y la Fonteta de Sant Lluís se puede regar desde ayer con agua del nuevo pozo ejecutado por la Concejalía de Agricultura y Horta, que ayer visitaron el alcalde, Joan Ribó; el concejal de Agricultura, Alejandro Ramon; y la concejala del Ciclo Integral del Agua, Elisa Valía. El pozo permitirá cuadriplicar las aportaciones de agua de riego en estas áreas, que han sufrido una carencia histórica de recursos hídricos y que, tradicionalmente, se regaban con agua sobrante. Con los años y el crecimiento urbano el agua había dejado de llegar o la que llegaba era de mala calidad.

«Para impulsar la agricultura en la ciudad, lo primero era poder regar», destacó ayer el alcalde. «Este pozo quiere ser un seguro para los agricultores», añadió Ribó.

En la huerta de En Corts había zonas que no se cultivaban hasta ahora por carecer de agua segura. La puesta en marcha del pozo garantiza, señaló el regidor, más alimentos de kilómetro cero para la ciudad, al tiempo que ayuda a mantener una renta para los agricultores.

La concejala del Ciclo Integral del Agua, Elisa Valía, destacó por su parte que «con la pandemia hemos aprendido la importancia de un sistema de alimentación propio, local y lo más próximo posible». Para la huerta de En Corts se habían aportado soluciones provisionales por parte del Ciclo del Agua, como el desvío de caudal del nivel freático procedente de la obra del València Arena. Ahora, con el pozo, por fin, tenemos una solución definitiva. La gente puede apostar por la huerta como un motor económico para la ciudad».

A partir de ahora, se podrá disponer de agua proporcionada por el nuevo pozo, exclusivamente dedicado al riego agrícola. Actualmente la superficie cultivable de esta zona es de unas 67 hectáreas, pero la disponibilidad de más agua y más caudal permitirá ampliar la superficie cultivable incluso a las 85 hectáreas.

El pozo es una infraestructura municipal que será gestionada directamente por la Concejalía de Agricultura y la Comisaría de Francos, Marjales y Extremales.

La Jurisdicción de Francos, Marjales y Extremales de València data del siglo XIV, concretamente del año 1.386, cuando el rey cedió al Consell y a los Jurados de València la propiedad y la gestión de las acequias de riego y conductos de las zonas históricamente más bajas y pantanosas que quedaban entre la Albufera y el sur de la ciudad aprovechando los sobrantes de las acequias de las tierras más altas gestionadas por el Tribunal de las Aguas. Estas tierras de marjales pasaron a denominarse las tierras de Francos, Marjales y Extremales. La gestión de las acequias de esta zona de València depende directamente del consistorio y no del Tribunal de las Aguas.

El concejal Alejandro Ramón destacó que la Carrera d’en Corts, la Punta, Castellar y Pinedo son los únicos puntos de la huerta de València donde la infraestructura de riego es de propiedad municipal.