València se ha convertido en la primera ciudad del mundo en verificar y certificar la huella hídrica en su actividad turística. Así lo anunció ayer el concejal de Turismo e Internacionalización, Emiliano García, quien recibió por parte de AENOR esta certificación. La huella hídrica es un indicador medioambiental que mide el volumen de agua dulce utilizado a lo largo de toda la cadena de producción de un bien de consumo o servicio.

Este reto se ha conseguido en el marco del acuerdo establecido por el Ayuntamiento de València a través de Visit València y Global Omnium.

València ya se había convertido hace más de un año en la primera ciudad que acreditaba oficialmente la huella de carbono. Como señaló el concejal, el objetivo es «convertir la ciudad en un destino sostenible para el planeta y, así, reafirmar el compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados en la Agenda 2030 establecida por la ONU».

En València, la huella hídrica anual del turismo es de 74,23 hm3 y, además, se ha obtenido que el 16% representa el consumo directo de agua, mientras que el 84% se centra en el consumo asociado a los bienes y servicios.

«Es la primera ciudad que calcula su huella y, dentro de dos años, podría ser la primera que la compense», explicó el director de Sostenibilidad Corporativa de Global Omnium, Juan Luis Pozo.

Con este logro, València se convierte en «un referente y un ejemplo para otras ciudades del mundo al demostrar que es un destino sostenible, seguro y saludable», recalcó Pozo. Además, explicó que la «huella hídrica es fundamental para la lucha contra el cambio climático».

Como arranque de este plan, en el Palacio de Congresos y en el Oceanogràfic se podrá testar en tiempo real la huella de carbono y la huella hídrica que se están produciendo en las distintas actividades a través de unas etiquetas inteligentes. Pozo concluyó que esto «favorece la economía local y circular con el fin de mejorar la sostenibilidad y la competitividad».