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València

El agua solo ha subido un 1,15% en València en los últimos 5 años

La concejala del Ciclo Integral Elisa Valía explica cómo se invierte el dinero recaudado con la tasa del alcantarillado

"El PP dejó un alcantarillado deplorable"

La concejala del Ciclo Integral del Agua, la socialista Elisa Valía, ha salido al paso sobre unas declaraciones del concejal del PP Carlos Mundina en la que denunciaba que la tasa del alcantarillado y del agua se ha duplicado en València en los últimos años. Valía consideró «una vergüenza» esas afirmaciones ya que según los datos reales «el agua potable solo ha subido un 1,15% en 6 años, desde 2015», cuando accedió al gobierno el PSPV junto a Compromís.

Mientras las familias, las empresas y los ciudadanos han tenido esta mínima subida, «el IPC ha subido un 7,8%», por tanto, «los vecinos de València no han sufrido ningún sablazo como afirma el PP». «Lo que depende directamente del Ayuntamiento y de la empresa municipal Emivasa -explicó Valía- apenas supone un par de euros en el recibo bimensual para una familia tipo», explica la regidora.

Esa mínima subida es achacable a la tasa del alcantarillado, uno de los apartados que incluye la factura de los ciudadanos de València. El dinero recaudado es necesario para mejorar y llevar a cabo nuevas infraestructuras para la red de saneamiento y alcantarillado, relata la también teniente de alcalde. «La dejadez y la incapacidad de los gobiernos del PP en el Ayuntamiento de València nos dejó una red de alcantarillado en estado deplorable», en la que añadió, durante años «no se invirtió nada». «Tanta dejadez -matiza la concejala- nos dejó una herencia de 6.000 toneladas de toallitas en el Colector Norte que costó 10 millones limpiar para evitar que reventase y que provocase un desastre medioambiental». Cuando se cuenta con una red de saneamiento de 1.500 kilómetros «y no se hacen inversiones de mejora o de renovación, como con los gobiernos del PP, pasa eso», apuntó. Por otra parte, según detalla la concejala la tasa de alcantarillado se reformuló hace un par de años «beneficiando a las clases menos desfavorecidas y a las familias que son las que menos consumen».

Para ello, se introdujo en el recibo una parte fija, y común a todos los consumidores, en la que se paga por igual y que va destinada a pagar y amortizar infraestructuras. Este porcentaje lo pagan por igual todos los clientes de Emivasa -participada por Aguas de Valencia y el consistorio- con independencia del consumo que cada cual haga. De hecho, a esos efectos da igual que alguien tenga un piso vacío como que lo tenga ocupado. Esta parte fija se ajusta al calibre del contador.

Como resultado de los cambios introducidos en la gestión del agua potable, la mayor parte de los consumidores paga en función de los litros que consumen. «No puede valer lo mismo un litro de agua para ducharse o beber, que para llenar una piscina», comentó la edila. Esto se hizo por una cuestión de justicia social, señaló.

Así, de común acuerdo con Aguas de Valencia, que en ningún caso ha subido los precios aunque se encargue de girar los recibos, «apostamos porque paguen menos quienes menos consumen que son el 80% de las familias». Si se miran los recibos se puede comprobar que efectivamente el coste final no se ha duplicado, ni por asomo.

Por otro lado, de la fracción variable del recibo se recogen los fondos para invertir en la red de saneamiento y para limpiarla, y para llevar a cabo las tareas de mantenimiento y conservación, aseveró la concejala.

Con todo, el recibo que llega a las casas de los valencianos incluye también un apartado que va a pagar a la Generalitat, en concreto, a la Epsar, que es la empresa pública que se encarga de llevar a cabo las tareas de depuración.

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