La Iglesia conmemora este domingo a los beatos Juan de Perusa y Pedro de Saxoferrato, dos mártires franciscanos italianos que en el siglo XIII fueron enviados al Reino de Aragón, durante la dominación musulmana, para predicar el Evangelio y que fueron decapitados en 1228 en lo que hoy es la Plaza de la Reina de València.

Entraron en la Orden Franciscana con edad avanzada, Perusa siendo ya sacerdote, y Saxoferrato, laico, y fue el propio san Francisco de Asís quien dirigió su formación espiritual y, después, les envió en 1220 al Reino de Aragón para predicar y atender a los cristianos bajo la dominación musulmana, según ha detallado el Arzobispado de València en un comunicado.

Camino a València, que era su principal destino, llegaron a Teruel en 1217 ó 1220, donde se alojaron en un hospital de leprosos y después, en dos celdas junto a una ermita. En 1228 llegaron a València, que estaba bajo el dominio del último rey de aquel Reino árabe, Zeit Abuzeit, conocido entre los cristianos como Azoto. La persecución de los cristianos en la ciudad se encontraba en "pleno auge" y, al poco tiempo de empezar a predicar, fueron encarcelados e interrogados.

Finalmente, fueron torturados atados a un ciprés por orden del rey musulmán, que ordenó su decapitación pública, y al que profetizaron su propia conversión. Los franciscanos fueron ejecutados en la plaza de la Higuera, la actual Plaza de la Reina, el 29 de agosto de 1228, conmemoración del martirio de San Juan Bautista. Poco después, Zeit fue destronado, se convirtió al cristianismo y fue bautizado en 1233, tal como profetizaron los mártires italianos.

Los restos mortales de Perusa y Saxoferrato fueron recogidos por la comunidad cristiana de València y fueron enterrados en el cementerio de la iglesia de San Bartolomé hasta que el rey Jaime I llegó a un acuerdo con el sucesor de Zeit para intercambiar las reliquias por varios prisioneros nobles islámicos. Después, las reliquias de ambos fueron trasladadas a Teruel y recibieron sepultura en las dos celdas en las que vivieron junto a la ermita de San Bartolomé.

La fiesta de los mártires franciscanos, que fueron beatificados en 1705 por el papa Clemente XI, se celebra cada 30 de agosto en la diócesis de València y un día antes, el 29 de agosto, en la diócesis de Teruel-Albarracín. Además, son copatronos de la ciudad de Teruel.