La entrega de los premios infantiles tuvo ayer un carácter muy especial, puesto que se trata de la primera vez, desde hace dos años y medio, que volvían a las Fallas de forma organizada dos de sus rituales indispensables: el pasacalle y el desfile de acompañamiento de una banda de música. El primero no se había visto desde marzo de 2019, puesto que con la suspensión de la fiesta el 10 de marzo todavía no se había dado la oportunidad a hacer más que algún «passacarrer» ocasional. Las bandas de música pudieron aparecer en actos festivos, incluyendo los falleros, en una estrecha banda a partir del verano, pero la suma de ambos elementos tuvo que esperar a ayer por la tarde.

También volvió la rutina del paso de comisiones por las grandes avenidas para acceder a las calles de acceso a la plaza del Ayuntamiento. La entrega de premios es un acto de menos participación que la Ofrenda, pero la simbología de estandarte, falleras mayores, cortes, adultos de acompañamiento y músicos generaron aún con mascarillas, una estampa de vueltaa una casi normalidad.